Durante la noche del sábado 29 de febrero, se produjo un incendio en el centro de detención de Dhar el Jebel, donde más de 500 refugiados y migrantes se encuentran detenidos arbitrariamente en el sur de Trípoli, en las montañas de Nafusa, en Libia.
Un hombre eritreo de 26 años perdió trágicamente la vida al quedar atrapado en las llamas mientras dormía en una de las superpobladas celdas del centro de detención.
Nuestro personal, que brinda asistencia humanitaria desde mayo de 2019 a las personas varadas en este centro de detención remoto, está asistiendo a los supervivientes con servicios de atención psicológica y distribucion de artículos de primera necesidad para reemplazar los artículos que perdieron en el incendio.
El incendio destruyó un edificio donde 50 personas se encontraban hacinadas, y dañó parcialmente otro. En diciembre ocurrió un incidente similar relacionado con las precarias condiciones de vida, no hubo víctimas.
“Nuestro psicólogo reporta niveles muy altos de desesperación. Las personas se encuentran en estado de shock, entumecidas por traumas repetidos sin un fin a la vista. El incendio y la muerte trágica de dicho joven se suman a un ciclo de abusos terribles y eventos traumáticos a los que nuestros pacientes se han enfrentado en Libia.
Nos dicen que se sienten desamparados y aislados después de meses e incluso años en detención. Su única esperanza es ver procesadas sus solicitudes de asilo, deben salir de este lugar«, asevera Christine Nivet, coordinadora de nuestro proyectos en las montañas Nafusa.
La mayoría de las personas detenidas arbitrariamente en el centro de detención de Dhar el Jebel son solicitantes de asilo eritreos y somalíes registrados en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Huyeron de sus países de origen en busca de seguridad y asilo y no pueden regresar. Han vivido experiencias horribles durante su peligroso viaje, especialmente en Libia. Algunos fueron secuestrados por traficantes que los torturaron para extorsionarlos a ellos y a sus familiares.
Algunos intentaron cruzar el mar Mediterráneo buscando seguridad en Europa y fueron devueltos por la guardia costera libia apoyada por la Unión Europea (UE). Posteriormente fueron llevados a centros de detención, principalmente en Trípoli.
Tras el estallido de enfrentamientos entre las milicias en la capital durante agosto de 2018, muchos de ellos fueron trasladados de los centros de detención en Trípoli a instalaciones en las montañas de Nafusa, más lejos de la línea del frente pero fuera de la vista, en condiciones desesperadas y prácticamente sin asistencia.
Nuestro personal que visitó por primera vez el centro de detención de Dhar el Jebel en mayo de 2019 se encontró con una situación médica catastrófica: un brote de tuberculosis llevaba meses activo, al menos 22 migrantes y refugiados murieron de tuberculosis y otras enfermedades entre septiembre de 2018 y mayo de 2019.
Al menos 2.000 migrantes y refugiados en Libia siguen encerrados indefinidamente sin el debido proceso legal en los precarios centros de detención, donde permanecen expuestos a condiciones dañinas y abusos.
El mecanismo para evacuar a los refugiados de Libia actualmente es extremadamente limitado, principalmente debido a la falta de lugares provistos por países seguros. A pesar de la severa escalada del conflicto en Libia, el apoyo de la Unión Europea a la guardia costera libia continúa sin cesar, para interceptar a quienes huyen por mar y devolverles a un país en guerra donde se enfrentan a una violencia conocida y potencialmente mortal.
“Las personas que buscan seguridad se encuentran atrapadas en Libia. Algunos de nuestros pacientes en el centro de detención de Dhar el Jebel llevan tres años detenidos.
Lo que podemos hacer como médicos para aliviar su sufrimiento es muy limitado, pues nuestros pacientes siguen en la misma situación prolongada y dañina, sin que sus necesidades internacionales de protección sean atendidas. Las evacuaciones y reasentamientos de refugiados y solicitantes de asilo desde Libia deben aumentar su escala inmediatamente”, prosigue Nivet.
Desde Médicos Sin Fronteras hacemos un llamamiento para acabar con la detención arbitraria de migrantes y refugiados en Libia. Se necesitan urgentemente mecanismos de protección que incluyan refugios para los más vulnerables, donde pueda garantizarse su seguridad; y debe brindarse asistencia de forma urgente, mientras se organiza su evacuación. Esto solo podrá funcionar si Europa deja de devolver a quienes escapan por el mar, y si los países seguros brindan más lugares para acoger a los supervivientes.