Han sido 72 horas complicadas en el Mediterráneo central. El Ocean Viking, el barco de búsqueda y rescate que operamos junto a SOS Méditerranée, ha realizado en este periodo cinco rescates nocturnos en el Mediterráneo central.
Las últimas dos operaciones tuvieron lugar la pasada noche cuando los equipos asistieron a 184 hombres, mujeres y niños. El primer salvamento (102 personas) se realizó a 128 kilómetros al norte de la costa de Libia y el segundo (82 personas) tuvo lugar en la zona de búsqueda y rescate de Malta. En ambos casos, las personas viajaban hacinadas en dos precarias balsas de goma.
Tras estos dos salvamentos, el Ocean Viking lleva a bordo a 407 supervivientes. Casi el 40% son niños menores de 18 años y 132 son menores acompañados. La mayoría de los rescatados son de Bangladesh, Somalia y Eritrea.
“Han sido días complicados –explica Aloys Vimard, nuestro coordinador en el Ocean Viking– en los que hemos recibido informaciones de al menos ocho embarcaciones en peligro. A pesar del invierno, del mal tiempo y de los escasos barcos dedicados específicamente a rescates, la gente sigue saliendo e intentando esta travesía mortal.
© MSF
Las personas que rescatamos nos cuentan que la situación de seguridad se deteriora día tras día. En Libia hay un conflicto activo. Todos los países europeos y la ONU saben que no es un país seguro, pero 49 personas han sido interceptadas y obligadas a regresar a Libia. Cuando solicitamos un lugar seguro para el desembarco de las 92 personas rescatadas en el primer salvamento a las autoridades marítimas libias, nos asignaron el puerto de Trípoli, lo cual resulta inaceptable. Hemos solicitado una alternativa a las autoridades marítimas competentes, pero no sabemos ni cuándo ni dónde podremos desembarcar de manera segura. La gente pregunta, tienen miedo de ser devueltos a Libia”.
Todos los rescates realizados por el Ocean Viking en los últimos tres días han tenido lugar de noche. El primero, a las 5 de la mañana del viernes cuando, en una complicada operación, los equipos rescataron a 92 personas de un bote de goma atestado a 50 kilómetros al norte de Libia. Muchas sufrían hipotermia y mareos, estaban empapadas de combustible y muy débiles.
El siguiente salvamento se produjo en la madrugada del sábado y también se realizó antes del amanecer. El OceanViking asistió a 59 personas que viajaban en una precaria balsa a 40 kilómetros al norte de la costa libia.
El tercero tuvo lugar la tarde del sábado cuando los equipos rescataron a 72 personas que viajaban hacinadas en una embarcación de madera muy inestable. La operación tuvo lugar en la zona de búsqueda y rescate maltesa.
Libia no es un lugar seguro
El viernes tras el primer rescate, las autoridades marítimas de Libia asignaron a Trípoli para el desembarco de los primeros 92 supervivientes. El Ocean Viking rechazó esta posibilidad porque Libia no es un país seguro y solicitó un lugar seguro para el desembarco a los centros de coordinación de rescates marítimos de Italia y Malta, pero hasta el momento no ha tenido respuesta.
Además de todas estas operaciones, el Ocean Viking recibió durante el fin de semana informaciones de al menos 10 peticiones de socorro frente a las costas libias.
Todas las embarcaciones asistidas salieron de Libia, un país en conflicto que la mayoría de los rescatados coinciden en calificar como un absoluto infierno.
753 personas murieron o desaparecieron en el Mediterráneo central en 2019 según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Esta travesía es la ruta migratoria más mortal del mundo.