En Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos muy preocupados por el destino de la población civil en el noreste de Siria tras el inicio de las operaciones militares turcas el miércoles 9 de octubre.
Desde entonces, ciudades y pueblos a lo largo de la frontera han sido objeto de intensos bombardeos. Como resultado, sus habitantes huyen de los combates y buscan refugio y seguridad en donde pueden.
«Esta escalada solo puede agravar el trauma que el pueblo de Siria lleva sufriendo durante años de guerra viviendo en condiciones precarias», afirma Robert Onus, nuestro coordinador de Emergencias para Siria.
«Los servicios médicos ya hacen frente a enormes limitaciones para responder a las necesidades de la población. El nuevo flujo de desplazamientos y las heridas causadas por los combates van a ejercer una presión extra sobre los limitadísimos recursos materiales y humanos en los hospitales», comenta.
En la ciudad fronteriza Tal Abyad, en la gobernación de Raqqa, los bombardeos han obligado a la gran mayoría de la población a abandonar su hogar por miedo a perder la vida.
El hospital Tal Abyad (que recibía nuestro apoyo) está completamente cerrado, ya que la mayoría del personal médico ha tenido que huir con sus familias. Así, nuestros equipos se han reubicado para responder a las necesidades en otras partes de la región.
Este hospital era el único público en la zona y era fundamental para atender a los habitantes de la ciudad y sus alrededores. «Nuestro personal en Tal Abyad ha sido testigo de cómo la ciudad, que una vez estuvo llena de vida, ha quedado desierta«, explica Onus.
«Tras ocho años de guerra, el pueblo sirio se ha visto otra vez obligado a abandonar sus hogares y pertenencias en busca de seguridad», comenta Robert Onus, coordinador de Emergencias en Siria.
En Tal Tamer, una pequeña localidad en el oeste de la gobernación de al Hasaká, nos hemos encontrado con casi 2.000 personas que han sido desplazadas de Ras Al Ain. Aquí estamos distribuyendo artículos de socorro a las personas que se refugian en escuelas, edificios de oficinas, locales comerciales y en las viviendas de familiares y vecinos de esta localidad.
En MSF estamos muy preocupados por los miles de mujeres y niños que viven en asentamientos como los de Al Hol y Ain Issa, particularmente vulnerables en este momento, pues las organizaciones humanitarias se han visto obligadas a suspender o limitar sus operaciones.
Esto podría dejar a miles de personas sin acceso a ayuda vital y sin una solución a la vista.
En MSF vamos a continuar brindando asistencia médico-humanitaria allí donde podamos, mientras tratamos de hacer frente a la creciente necesidad de asistencia humanitaria. Nuestros equipos siguen presentes en el noreste de Siria: en Ain Al Arab (Kobane), Ain Issa, Al Mallikeyeh (Derek), Tal Tamer, Ta; Kosher, Al Hol y Raqqa.
Hacemos un llamamiento a todas las partes en conflicto en el noreste de Siria para que garanticen la protección de los civiles, incluidos los trabajadores médicos y sanitarios, y sus pacientes.
Las partes del conflicto deben permitir la entrega sin obstáculos de ayuda humanitaria vital, incluida la atención médica imparcial en toda la región.