¿Qué tienen que ver las leyes de patentes y de propiedad intelectual con el acceso a medicamentos?
Las patentes y otras exclusividades del mercado crean monopolios que permiten a las compañías farmacéuticas cobrar precios elevados muy por encima del costo de producción y del monto que necesitan para recuperar su inversión en el desarrollo de un medicamento. El trabajo de la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras ha ayudado a crear cierta flexibilidad en las leyes de patentes. Las patentes no deberían ser una barrera para que las personas accedan a los medicamentos que necesitan. Si los propietarios de las patentes, o los gobiernos, están dispuestos a otorgar licencias, la patente pierde su efecto monopólico y se pueden ofrecer medicamentos genéricos a precios más reducidos.
Usted tuvo un papel importante en las negociaciones para conseguir medicamentos para el VIH a un precio más bajo a principios de 2000 ¿cómo se logró?
Yo contaba con ciertos conocimientos sobre el funcionamiento de la industria farmacéutica y el poder que tiene sobre la ley y la creación de políticas. Pedirle amablemente a las compañías que disminuyeran sus precios no era la forma de proceder. Nos propusimos modificar las reglas del juego y llevamos el asunto del precio elevado de los medicamentos a la mesa de negociación de la Organización Mundial del Comercio y otras instituciones internacionales. Trabajamos [en coaliciones] con grupos, como la Campaña de Acción para el Tratamiento [TAC] en Sudáfrica y, junto con el Colectivo de Abogados en India, peleamos grandes batallas legales por el acceso a los medicamentos.
¿Cómo podemos «ganarle» a quienes obstaculizan el acceso?
Los gobiernos no demuestran tener el coraje que se necesita para tomar medidas. Para poder superar esta barrera, se necesita acción política. El hecho de que en la actualidad el precio elevado de los medicamentos sea una crisis global, que también afecta a los países ricos, ayudará a impulsar el cambio.