Cinco semanas después de que el ciclón Idai causara una destrucción masiva en la región de Beira, en el centro de Mozambique, un segundo ciclón, Kenneth, ha golpeado la costa de la provincia de Cabo Delgado en la parte norte del país. Al igual que su antecesor, Kenneth ha causado grandes daños en ciudades y pueblos que se encontraban directamente a su paso. Ahora, las lluvias continúan, y hay grandes áreas inundadas o en riesgo de inundación.
«Lo he perdido casi todo. Tengo que reconstruir mi casa, destruida por las fuertes lluvias, y no sé por dónde empezar. Me quedo con mi familia por el momento. Somos muchos en la misma casa y casi no hay espacio para todos», explica Carlitos Limia, residente del barrio de Cariacó, en la ciudad de Pemba.
A raíz del ciclón Idai, Médicos Sin Fronteras (MSF) ofrecimos una respuesta de emergencia y trasladamos equipos a Cabo Delgado para responder en varias localidades de la provincia.
Se unieron a un pequeño equipo ya presente en Pemba que había comenzado a trabajar en actividades de agua y saneamiento en febrero de 2019. Juntos, comenzaron a evaluar rápidamente la escala y la naturaleza de las necesidades en varias áreas afectadas por el ciclón Kenneth. Debido a limitaciones logísticas, como inundaciones, puentes rotos y caminos de lodo, algunas áreas son muy difíciles de alcanzar.
Las autoridades sanitarias declararon oficialmente un brote de cólera el jueves 2 de mayo, con 25 pacientes reportados en Pemba y 5 en el distrito de Mecufi, al sur de Pemba. Estamos apoyando al Ministerio de Salud proporcionando carpas, y material de agua y saneamiento para un centro de tratamiento del cólera en Pemba. Además, estamos listos para responder al cólera o a síntomas similares al cólera y para apoyar la infraestructura de salud en Mecufi. En paralelo, las autoridades están planificando una campaña de vacunación contra el cólera.
“Proporcionaremos tiendas de campaña y equipo médico para construir un centro de tratamiento temporal para pacientes de cólera con una capacidad de 10 a 15 camas cada una”, explica Danielle Borges, coordinadora de nuestro proyecto en Pemba. «Tenemos dos objetivos primordiales ahora: salvar la vida de pacientes gravemente enfermos y contener el brote. Necesitamos aislar y tratar a las personas enfermas para que se recuperen y para que no contaminen a otros. Tenemos que asegurarnos de que las personas dejen de usar el agua infectada y debemos hacer todo lo posible para evitar que las personas enfermen”.
En la ciudad de Macomia, en norte de Pemba, el centro de salud está muy dañado y, por lo tanto, no está en funcionamiento. MSF organizó actividades ambulatorias, así como servicios de salud para madres e hijos en una tienda de campaña fuera del edificio dañado para brindar atención médica a esta comunidad. El centro de salud será rehabilitado. “El impacto de dos ciclones en tan poco tiempo es devastador. Es un duro golpe para el país que recién había comenzado a recuperarse del primero», dice Danielle Borges.