Un grupo de personas que intentaba huir desesperadamente de Libia naufragó en el Mar Mediterráneo y fue rescatado por un buque que los llevó al puerto de Misrata, Libia. Algunos de ellos se niegan a que los desembarquen en el mismo país del que huyeron.
Los equipos de Médicos Sin Fronteras logramos realizar consultas médicas a bordo del buque de carga en el que se encuentra un grupo de 91 refugiados y migrantes que siguen a bordo en el puerto de Misrata (Libia) desde el sábado, lo que elevó a 60 el total de consultas médicas en 3 días.
En palabras de Julien Raickman, jefe de misión, “tratamos principalmente problemas médicos relacionados con las quemaduras causadas por derrames de combustible del motor de los botes en que viajaban, y fuimos testigos de la desesperación en la que se encuentran. El grupo de personas incluye menores de edad que han sido mantenidos cautivos y torturados por traficantes en Libia durante un año, o incluso más, para obtener dinero”.
“Un paciente en estado grave se negó a ser trasladado a un centro médico dentro de Libia, afirmando que preferiría morir en el buque de carga”.
La política europea de negarse a acoger a migrantes rescatados ha acrecentado las muertes en el mar y está alimentando la crisis humanitaria en Libia. 14 personas vulnerables sí desembarcaron y serán trasladadas a centros de detención oficiales. Entre ellas había menores no acompañados y una madre con su bebé. Es una vergüenza que una vez más, la única respuesta que se da a las personas que buscan seguridad sea una detención arbitraria prolongada en el país que intentan abandonar desesperadamente.