El barco de rescate Aquarius, que operamos en asociación con la organización SOS MEDITERRANEE, volvió a zarpar desde Marsella, Francia, después de una larga escala en ese puerto. Luego de más un mes de haber suspendido las operaciones, el Aquarius regresa al Mediterráneo Central para prestar asistencia a los miles de personas en peligro que atraviesan el mar buscando escapar de la violencia y el hambre en sus lugares de origen.
«La ruta del Mediterráneo Central es la más mortífera del mundo», señaló Aloys Vimard, coordinador de proyectos a bordo del Aquarius. «Quedan pocos barcos de este tipo en el Mediterráneo Central y no hay capacidad específica de búsqueda y rescate de los estados europeos. La asistencia humanitaria en el mar se necesita desesperadamente ahora más que nunca. Rescatar personas en peligro sigue siendo una obligación legal y moral. Más de 700 personas se han ahogado en las últimas semanas. Este desprecio por la vida humana es horrible», afirma Vimard.
En más de dos años de operaciones ininterrumpidas de búsqueda y rescate en el Mediterráneo Central, esta fue la primera vez que Aquarius estuvo en el puerto por más de un mes. La estadía prolongada fue el resultado de importantes cambios contextuales que tuvieron lugar en el Mediterráneo Central y afectaron gravemente las operaciones de rescate. Las disputas políticas sobre los puertos de desembarco han dejado a las naves que han rescatado a personas en el mar varadas durante semanas. Las organizaciones humanitarias que salvan vidas en el mar han sido criminalizadas y bloqueadas en los puertos de Italia y Malta.
El alarmante nivel de violencia y explotación en Libia
A pesar de que los estados europeos son plenamente conscientes del alarmante nivel de violencia y explotación que sufren los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo en Libia, la transferencia de responsabilidades de coordinación a la Guardia Costera libia apoyada por la Unión Europea (UE) se intensificó aún más. A finales de junio, la Organización Marítima Internacional (OMI) reconoció un nuevo Centro Libio de Coordinación Conjunta (Libyan Joint Rescue Coordination Centre, JRCC).
En el interior de Libia, los refugiados, los solicitantes de asilo y los migrantes continúan siendo recluidos de forma arbitraria en centros de detención donde permanecen hacinados bajo condiciones inhumanas, y donde la atención humanitaria que se proporciona no se condice con las crecientes necesidades. «A pesar de la situación cada vez más compleja en el Mediterráneo Central, nuestro objetivo sigue siendo el mismo que al principio: salvar vidas en el mar; evitar que hombres, mujeres y niños se ahoguen y llevarlos a un lugar seguro donde se satisfagan sus necesidades básicas y se protejan y garanticen sus derechos «, concluyó Vimard.
Por esa razón, el Aquarius no desembarcará en Libia a las personas rescatadas en el mar. Libia no es un lugar seguro para refugiados, solicitantes de asilo y migrantes. Un puerto seguro es aquel en el que se satisfacen sus necesidades básicas, pero también un lugar donde pueden buscar la protección a la que tienen derecho y donde no corren el riesgo de sufrir más abusos y violaciones. Por lo tanto, el Aquarius está obligado a rechazar cualquier instrucción de las autoridades marítimas para desembarcar personas rescatadas en el mar en Libia, o para trasladar personas rescatadas en el mar a cualquier barco que desembarque en Libia.