Enfermeros sin fronteras, enfermeros sin límites

La enfermera Alex Mambu le realiza un análisis de sangre a Aminata Koroma, la sobreviviente de ébola en la ciudad de Mabekoh, Sierra Leona. Noviembre 2015.Tommy Trenchard

En el Día Internacional de la Enfermería, en MSF celebramos el trabajo, la dedicación y pasión de nuestros 8.843 enfermeros que están salvando vidas alrededor del mundo.

“Ser enfermera saca la humanidad en ti”. Estas son las palabras de Philomena Obiefuna, una enfermera nigeriana que atiende a niños con desnutrición en el conflictivo estado de Borno.

En Médicos Sin Fronteras (MSF) intentamos llevar un sentido de humanidad compartida a cada comunidad a la que brindamos ayuda. Todos los días, nuestros enfermeros hacen eso posible.

Desde brotes de cólera hasta situaciones de extrema violencia, proporcionando atención básica en comunidades desfavorecidas y remotas o ayudando a aquellos forzados a dejar sus hogares, sería difícil encontrar una actividad médica donde los enfermeros de MSF no estén involucrados.

Sería casi imposible hallar un proyecto donde los enfermeros no estén en el frente, brindando asistencia de emergencia a los pacientes; cada día a cada hora.

Ya sea actuando como enfermeros-anestesistas en una sala de operaciones, vacunando a miles de niños en un solo día, administrando una sala de hospital, viajando cientos de kilómetros para ayudar a instalar una clínica móvil en una comunidad aislada o realizando el triaje de personas rescatadas de un naufragio, nuestros enfermeros son generalmente el primer rostro que el paciente ve cuando se encuentra al cuidado de Médicos Sin Fronteras.

Sus conocimientos, talentos y habilidades juegan un rol fundamental en el tratamiento de nuestros pacientes. 

A pesar del nombre de nuestra organización, todos los que trabajan con nosotros saben que ninguna de nuestras actividades –desarrolladas en más de 70 países – podría seguir adelante sin el compromiso diario, la pasión y las habilidades de nuestros 8.843 enfermeros activos. Uno de cada cinco de nuestros empleados es enfermero y una gran mayoría (casi un 90%) es personal local contratado en el país donde trabajan, brindando cuidado a sus propias comunidades.

Acercamiento centrado en el paciente

Cualquiera que haya pasado un tiempo como paciente en un hospital podría confirmar que la mayor cantidad de sus interacciones diarias fueron con enfermeros. Esto es un hecho tanto  en las áreas más necesitadas de Sudán del Sur como en una clínica privada en Nueva York. Los proyectos de MSF no son una excepción: cualquiera sea la necesidad del paciente, nuestros enfermeros están ahí para ayudarlos. 

En MSF, el cuidado de enfermería significa un acercamiento centrado en el paciente, donde la manera en que lo tratamos y lo contenemos se adapta a sus circunstancias particulares.

La atención incluye también un aspecto técnico. Los enfermeros realizan muchas actividades clínicas, incluyendo la reanimación de pacientes, el monitoreo sus signos vitales, la limpieza y curación de heridas, la administración de pastillas e inyecciones, la colocación de líneas intravenosas, vacunaciones, y mucho más.

A pesar de trabajar en condiciones muy difíciles, en MSF insistimos en que el cuidado que se brinde debe ser basado en la evidencia y de la más alta calidad posible. Toda las actividades médicas que realizan los enfermeros pueden salvar vidas sólo si se realizan correctamente, y en el momento preciso con el equipamiento correcto. En Médicos Sin Fronteras, la expectativa de una atención de enfermería de alta calidad está respaldada por numerosos lineamientos, protocolos y estándares de procedimientos. Pero más allá de esto, la experiencia, el talento y las habilidades de los enfermeros juegan un rol crucial en el tratamiento de pacientes. 

“La habilidades de los enfermeros generalmente marcan la diferencia entre la vida o la muerte”, explica el doctor Sebastian Spences, Director Médico de MSF. “Nunca voy a olvidar a la enfermera en República Centroafricana que me enseñó a realizar una transfusión de sangre intraósea, básicamente cómo inyectar sangre directamente en la médula ósea. Ese día salvamos a un niño en Paoua, pero lo que aprendí de ella me permitió salvar más vidas e incluso enseñar esa técnica a otros. Los doctores pueden aprender mucho de los enfermeros.”

Nuestros enfermeros marcan una gran diferencia ayudando a los pacientes a realizar acciones que no pueden hacer fácilmente por su cuenta. Esto incluye tareas que parecen sencillas como respirar con normalidad, comer y beber, eliminar residuos corporales, dormir o descansar, y mantener una temperatura corporal dentro del rango normal. Todo esto contribuye a la recuperación del paciente y de su autonomía lo antes posible.

Escucha, consuelo y sonrisa

Los enfermeros son los oidos que escuchan las historias de los pacientes, sus miedos y sus esperanzas. Son los hombros para llorar cuando las familias pierden un ser querido por una lesión o enfermedad. Ellos son los que consuelan a los pacientes cuando éstos pierden la fe en su recuperación. Son la sonrisa desesperadamente necesaria en una situación de estrés. A los enfermeros simplemente les importan las personas.

Ahmad Nabi, una enfermera iraquí que trabaja con desplazados internos que huyen del conflicto en el norte de Iraq dice: “Como enfermera, mi especialidad es brindar atención médica, pero a veces ser escuchado es lo que realmente ayuda a la gente.”

Médicos Sin Fronteras no podría continuar existiendo sin enfermeros. Si nuestros médicos no tienen fronteras, nuestros enfermeros definitivamente no tienen límites. El extraordinario trabajo realizado por estos profesionales muchas veces no recibe el reconocimiento que debería, pero cualquiera que haya presenciado su compromiso diario y su pasión puede testificar sobre la diferencia que marcan en nuestros proyectos. Aunque para nuestros enfermeros, al igual que para muchos otros enfermeros alrededor del mundo, el mejor reconocimiento es probablemente el que reciben de sus pacientes.

En las palabras de Michael Shek, un enfermero británico que trabajó en Sudán del Sur y en Siria: “En muchos lugares donde trabaja MSF, la gente no tiene literalmente nada, y estar ahí y poder aliviar su sufrimiento, y ver las sonrisas en sus caras cuando se van del centro, es una de las cosas más lindas que puedas ver”.

 

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