Tras un ataque violento en Rann, en el estado de Borno, el jueves 1 de marzo, Médicos Sin Fronteras (MSF) suspendió sus actividades médicas en la ciudad y evacuó a 22 trabajadores nacionales e internacionales. Aún no está claro cuántas personas murieron o resultaron heridas, pero antes de partir, el personal médico de MSF atendió a […]
Tras un ataque violento en Rann, en el estado de Borno, el jueves 1 de marzo, Médicos Sin Fronteras (MSF) suspendió sus actividades médicas en la ciudad y evacuó a 22 trabajadores nacionales e internacionales. Aún no está claro cuántas personas murieron o resultaron heridas, pero antes de partir, el personal médico de MSF atendió a 9 pacientes heridos.
Las 40.000 personas que viven en Rann dependían casi por completo de los servicios de MSF para acceder a la atención médica.
«Dejar a nuestros pacientes sin asistencia médica, incluyendo a 60 niños dentro de nuestro programa de nutrición, es una decisión extremadamente dolorosa»,
dice Kerri Ann Kelly, Coordinadora de Emergencia de MSF en Nigeria. «Seguiremos evaluando cómo evoluciona la situación y volveremos tan pronto como las condiciones lo permitan».
«Este último ataque es un claro recordatorio de que es la gente de Borno la que está pagando el precio de este despiadado conflicto. Están atrapados en un ciclo mortal de violencia y dependen en gran medida de la asistencia externa para sobrevivir. En Rann, esta ayuda ahora se reduce considerablemente».
Los equipos de MSF han brindado atención médica a las 40.000 personas que residen en Rann desde enero de 2017. En una primera etapa, equipos móviles brindaron asistencia de forma regular, y posteriormente un equipo médico se estableció permanentemente en Rann a partir de septiembre de 2017. Las personas en Rann son extremadamente vulnerables y muchas han buscado refugio allí después de huir de sus hogares. MSF ha estado tratando a las personas principalmente por malaria, desnutrición y enfermedades relacionadas con las malas condiciones de vida. La ciudad permaneció aislada del mundo exterior durante los meses de la temporada de lluvias y no fue posible llevar alimentos ni suministros de ayuda durante este tiempo. Estimamos que entre mayo y noviembre de 2017, la tasa de mortalidad en niños menores de cinco años en Rann fue dos veces mayor a la del umbral de una emergencia.