Alertamos de que el número de víctimas en el asediado enclave de Guta Oriental, en Siria, se intensifica más allá de lo imaginable mientras la capacidad de brindar atención médica está llegando al límite.
Reclamamos un alto el fuego inmediato para permitir la asistencia vital a enfermos y heridos. En 7 días, los bombardeos han matado a 700 personas y hay 3.700 heridos.
«Como enfermera que ha trabajado en conflictos extremadamente duros, me resulta devastador escuchar a médicos y enfermeros de Guta oriental decir que tienen a 100 pacientes heridos y ningún hospital disponible porque los bombardeos los han reducido a escombros», afirma Meinie Nicolai, nuestra directora general.
«Hay un nivel de desesperación y agotamiento producto de trabajar día y noche, sin tiempo para dormir, sin tiempo para comer, permanentemente rodeados de bombardeos, y todo ello en medio de una angustia absoluta. La adrenalina solo puede mantenerte activo durante cierto tiempo. Si el personal médico colapsa, la humanidad se derrumba. No debemos permitir que esto suceda».