La provincia de Tanganyika, en el sureste de la República Democrática del Congo (RDC), ha estado plagada de violencia intercomunitaria desde hace más de un año. Con el resurgimiento de viejos conflictos que obligan a la población a huir de sus hogares y con la llegada de la temporada de lluvias, estamos cada vez más preocupados por las condiciones de vida de las personas desplazadas en Kalemie.
Más de 500,000 personas se encuentran desplazadas en la provincia de Tanganyika; y cerca de la mitad vive en la ciudad de Kalemie y sus alrededores. El mes pasado algunas personas en los asentamientos en las afueras de Kalemie fueron obligados a huir debido a la violencia y buscaron refugio en la ciudad. Quienes no tenían parientes o amigos con quienes quedarse ahora viven en escuelas o recintos en Moni, Filtisaf, Hodary y Lubuye.
Las condiciones de vida son inaceptables, muchas personas duermen en el suelo bajo mosquiteros. “Han sobrevivido varios ataques y han sido obligados a abandonar sus antiguos refugios. Cada que huyen pierden sus posesiones y muchos de ellos ya no tienen nada,” dice Stéphane Reynier de Montlaux, coordinador de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Las autoridades quieren que las personas desplazadas que viven en las escuelas y sus alrededores sean reubicadas antes de que comiencen las clases, así que su futuro sigue siendo incierto.
MSF gestiona clínicas móviles desde abril. Los equipos están proporcionando atención médica en 17 sitios no oficiales que albergan aproximadamente a unas 210,000 personas internamente desplazadas. MSF ha realizado 16,410 consultas durante los últimos tres meses, la mayoría por casos de malaria, desnutrición y sarampión en niños menores de cinco años. Casi la mitad de todos los pacientes atendidos por el personal de nuestras clínicas móviles padecen malaria.
“Nuestros equipos están realizando, en promedio, 60 consultas diarias. Esto demuestra que hay una alta demanda de atención médica. Por eso pronto comenzaremos a proporcionar atención médica en clínicas fijas que abrirán cinco días de la semana,” dijo Reynier de Montlaux.
Los equipos de MSF ofrecen atención médica básica, consultas de maternidad y de salud reproductiva; y quienes están gravemente enfermos son referidos al hospital de Kalemie. También hay muchas necesidades de salud mental como resultado de la violencia, así que MSF comenzó a proporcionar apoyo psicológico. Durante las cinco semanas que lleva este servicio se han realizado 576 consultas.
El acceso a agua potable es un gran desafío
Aunque se está mejorando el acceso a la atención médica aún hay una escasez de agua, por lo que hay un riesgo de que se desarrollen epidemias y enfermedades relacionadas con el uso del agua.
Para prevenir las epidemias, las personas desplazadas que viven en asentamientos en Kalemie y los alrededores deberían recibir 20 litros de agua diarios por persona. Para lograr esto sería necesario distribuir cuatro millones de litros de agua diariamente.
“Esta cantidad está por debajo de lo que hemos logrado distribuir en un mes,” explica Ivan Quentin, coordinador logístico de emergencia de MSF. “Incluso si agregáramos toda el agua distribuida por las otras organizaciones presentes en el lugar, el total seguiría siendo insuficiente. La cantidad de agua disponible está por debajo del umbral de emergencia durante los primeros días de una crisis. Sin una participación significativa por parte de otras organizaciones será extremadamente difícil que MSF aborde las necesidades que se presenten durante los próximos meses.”
Refugios precarios que ponen en riesgo a la población
Las personas desplazadas están viviendo en refugios hechos de paja que están construidos muy cerca uno del otro debido a la falta de espacio. Esto, aunado a una gestión inadecuada, ha provocado incendios que se propagan rápidamente. Durante el mes pasado hubo incendios en al menos cinco lugares, incluyendo Moni, Lukwangulo, Kabubili, Kateke y Katanyika.
“El reciente incendio en Katanyika pudo haber sido catastrófico si hubiera sucedido durante la noche. Es impresionante que sólo unas cuantas personas hayan resultado levemente heridas considerando que casi tres cuartos del campo fueron consumidos por las llamas en menos de una hora,” continúa Reynier de Montlaux. MSF está planeando una distribución de algunos artículos básicos de primera necesidad en 4,630 hogares de Katanyika que perdieron todo. Sin embargo, este tipo de incendios seguirán sucediendo mientras no se haga nada para mejorar las condiciones de vida.
El hacinamiento podría provocar enfermedades
La temporada de lluvias se acerca rápidamente, y como las personas están viviendo en condiciones de hacinamiento y sin suficiente agua potable, se teme que haya una epidemia de cólera. La enfermedad es endémica en esta región y MSF se está preparando para proporcionar atención médica en caso de que sea necesario. También se está planeando una campaña de vacunación.