Médicos Sin Fronteras (MSF) ha reanudado las operaciones de búsqueda, salvamento y asistencia sanitaria en el Mediterráneo central. En el marco de estas operaciones, este fin de semana ha realizado la primera de las intervenciones en la zona. Debido a la falta de alternativas seguras y legales para quienes huyen y buscan protección, el trayecto mortal entre Libia e Italia es la única vía que tienen miles de personas para llegar a las costas europeas. En esta zona murieron el año pasado 2.892[1] migrantes, refugiados y solicitantes de asilo.
«Hace un año, en estas mismas fechas, en MSF pusimos en marcha nuestra primera operación de salvamento; ya entonces dijimos que el Mediterráneo se había convertido en una fosa común y poco ha cambiado desde entonces»
afirma Joanne Liu, presidenta internacional de MSF.
«A medida que las crisis y los conflictos en todo el mundo siguen obligando a millones de personas a huir, la ausencia de una solución global a la actual crisis de refugiados, las políticas de disuasión de los Estados europeos y su negativa a proporcionar alternativas a la letal ruta por el mar, siguen causando la muerte de miles de personas. Como organización humanitaria, nos negamos a quedarnos mirando desde la orilla cómo esto sucede«, añade Joanne Liu.
El primer barco de rescate de MSF que se despliega este verano, el Dignity I, zarpó del puerto de La Valetta, Malta, el pasado 21 de abril. El navío, con 16 tripulantes, incluidos profesionales médicos, tiene capacidad para llevar a bordo 400 personas rescatadas. El Dignity I estará posicionado en las aguas al norte de Libia y llevará a cabo el rastreo de embarcaciones en peligro. La primera operación del Dignity I se produjo el sábado 23 de abril de 2016 cuando recibió el traspaso de 308 personas rescatadas (205 hombres, 80 mujeres y 23 niños) por un barco italiano. El Dignity I fue camino a Sicilia donde las 308 personas, la mayoría de Eritrea, desembarcaron el lunes.
En las próximas semanas, MSF reforzará la capacidad de búsqueda y rescate con dos navíos adicionales. En ellos, los trabajadores humanitarios contarán con el equipo necesario para proporcionar atención vital de urgencia así como para tratar deshidrataciones, quemaduras por combustible, hipotermias y enfermedades cutáneas, las necesidades médicas más urgentes y habituales entre las personas rescatadas por los barcos de MSF en 2015. Los equipos de MSF también brindarán primeros auxilios psicológicos y los dispositivos de la organización médico-humanitaria en Sicilia garantizarán la continuidad de la atención tras el desembarco.
«Los refugiados y los migrantes tratan de buscar una vida mejor o más segura. Es inaceptable tratarlos como criminales, o peor aún, dejarlos morir, en su intento por conseguirla. En lugar de centrarse en la disuasión y la vigilancia, los países europeos deberían proporcionar alternativas seguras a la travesía por mar y establecer un mecanismo de búsqueda y rescate que sea proactivo y específico. Las vidas de cientos de miles dependen de ello», concluye Liu.
En 2015 los equipos de MSF a bordo de tres barcos de salvamento asistieron a más de 23.000 personas y llevaron a cabo 120 intervenciones de rescate en el Mediterráneo central. En el mar Egeo, al norte de la isla de Lesbos, MSF, en colaboración con Greenpeace, ha asistido a más de 14.000 personas que trataban de llegar a las islas griegas desde Turquía. En global, el año pasado, MSF facilitó atención a más de 100.000 personas en el Mediterráneo y Egeo y en Grecia, Italia y los Balcanes.
[1] Según los datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) http://missingmigrants.iom.int/mediterranean