Shaista resultó herida cuando una bomba golpeó su casa. Estuvo internada en el hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz y dos días después era la única paciente de la unidad de cuidados intensivos que sobrevivió al ataque. Seis meses después, su familia cuenta cómo siguió su historia.
El padre dice: «Después fuimos al hospital de Emergencia en Kabul pero nos dijeron que no podían operarla, asi que fuimos a Peshawar (Pakistán). Ahí la operaron y tuvimos que quedarnos 10 días. Vendí todas las joyas de mi mujer y pedí un préstamo para pagar el tratamiento de mi hija».
‘Nuestras vidas cambiaron, mi mujer está recibiendo medicación por su estado de salud mental, yo también estoy con desórdenes psíquicos. Y cuando Shaista escucha ruido de bombas o ve aviones se asusta y empieza a llorar a los gritos.»
Las consecuencias, seis meses después: