Ayer, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la frontera en Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), trataron a cientos de personas -incluyendo 40 heridos por balas de goma- a causa de la violencia. Al menos diez personas relataron a los equipos de MSF que fueron golpeados por la policía de ARYM. Ante esta situación, dos equipos médicos móviles adicionales se han sumado a los equipos que ya trabajaban en el campo de Idomeni para dar asistencia al creciente número de personas que lo necesitan.
«La frustración y una sensación creciente de ira se extiende entre los refugiados, que se sienten abandonados en Idomeni desde hace ya más de un mes. Lo que vemos es el resultado inevitable de dejar a miles atrapadas en Grecia, un país incapaz de responder a esta crisis humanitaria y de cubrir las necesidades de las personas que quieren llegar a Europa«, denuncia Jose Hulsenbek, Jefe de Misión de MSF en Grecia. «Lo que la gente necesita es ser tratada con dignidad, no sufrir violencia o ver la apertura y cierre de fronteras de forma impredecible, lo que genera más incertidumbre. Esta es una crisis humanitaria absurda, creada por las políticas de los Estados europeos. Es insoportable y va de mal en peor«, subraya Hulsenbek.
La situación era extremadamente tensa en la mañana de ayer, cuando los policías utilizaron gas lacrimógeno, balas de goma y granadas de aturdimiento para dispersar a la multitud. Los equipos de MSF trataron a 300 personas, entre ellos 200 con problemas respiratorios después de haber sido sometidos a gases lacrimógenos, entre ellos una treintena de niños entre cinco y quince años. Dos pacientes jóvenes que alcanzaron territorio ARYM junto con otras diez personas, afirmaron ayer ser golpeados por la policía durante una hora. Además, más de 30 personas en estado de shock recibieron atención psicológica. A ello se añade que siete personas con heridas abiertas o fracturas tuvieron que ser remitidas a un hospital local.
«La clínica de MSF ha estado llena todo el día. Tres niños llegaron con heridas en la cabeza causadas por balas de goma. La gente gritaba enseñando las balas de goma», afirma Conor Kenny, médico de MSF en Idomeni.
«Una mujer siria embarazada llegó a nuestra clínica con sus dos hijos y me explicó que estaba cerca de la frontera cuando se utilizaron los gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, que la gente empezó a correr y ella se cayó al suelo» relata Kenny.