Ayer 16 de diciembre, la misión conjunta de Médicos Sin Fronteras (MSF) y Greenpeace en el Egeo participó en las operaciones de rescate de una lancha con alrededor de 85 pasajeros que se hundió frente a las costas de Lesbos. Los testigos aseguran que al menos 2 personas –un hombre de 80 años y un bebé de nueve meses– perdieron la vida, aunque los equipos de MSF y Greenpeace consideran que el número de víctimas podría ser mucho más alto.
Cuando las lanchas de asistencia de MSF y Greenpeace llegaron al lugar donde la lancha neumática se había hundido comenzaron a rescatar rápidamente a tantas personas como les fue posible y entregaron salvavidas para los que estaban tratando de mantenerse desesperadamente a flote en las frías aguas del Egeo. La mayoría de los supervivientes fueron trasladados a un buque noruego de Frontex que había llegado para dar apoyo en la operación de rescate, mientras que otros fueron trasladados a otros barcos que operaban en la zona.
«Los niños siguen muriendo ahogados en el mar Egeo, pero los líderes europeos siguen sin aportar soluciones a estas tragedias. Están muy ocupados en sus discutir cómo fortalecer aún más sus fronteras», exclama Aurelie Ponthieu, asesora humanitaria de MSF en asuntos relacionados con desplazamiento y refugiados.
“Un paso seguro en la frontera terrestre entre Turquía y Grecia reduciría de inmediato las muertes en el mar, pero parece que la Unión Europea y las autoridades griegas prefieren mantenerse impasibles; observando la escena desde la distancia”.
Un total de 83 personas fueron rescatadas en la operación; la mayoría de ellos iraquíes. Una vez en tierra, todos ellos fueron transferidos a Molyvos y Petra, dos poblaciones cercanas. En los puntos de llegada, muchos tuvieron que ser reanimados o tratados de hipotermia por los equipos de MSF. Tres personas con hipotermia grave fueron referidas por MSF al hospital local; entre ellas un niño que ya se encuentra a salvo.
«Los testigos dicen que la lancha estaba sobrecargada, con la parte posterior completamente sumergida en el agua, y, literalmente, dándose vuelta sobre sí misma debido a la enorme cantidad de pasajeros que transportaba», explica Kim Clausen, coordinador adjunto de MSF en el Egeo. «Cuando llegamos, el viento era muy fuerte y había olas de por lo menos un metro de altura. La gente ya estaba en el agua. Si queremos acabar de una vez por todas con estas muertes, es necesario que la UE ponga en marcha una verdadera operación de rescate que lleve a cabo una búsqueda activa de estas embarcaciones antes de que comiencen a hundirse», afirma Clausen.
Médicos Sin Fronteras (MSF) reitera su llamado a que se establezca un paso seguro y legal en la frontera terrestre entre Turquía y Grecia e insta a las autoridades griegas y de la Unión Europea a intensificar las operaciones de búsqueda y rescate en el mar Egeo.