Tras dos horas de disparos contra la base de protección de civiles en Malakal, en el estado de Alto Nilo (Sudán del Sur) Médicos Sin Fronteras (MSF) recibió ayer a nueve heridos, entre ellos mujeres y ancianos, en el hospital que tiene en la base. Este nuevo ataque se suma a la ya deteriorada situación humanitaria que padece el estado del Alto Nilo en las últimas semanas. La población civil está constantemente expuesta a episodios de violencia y se suceden el aumento del número de heridos, de los desplazamientos de población y de los casos de desnutrición y así como de un incremento del riesgo de aparición de brotes epidémicos.
Uno de los pacientes ingresado en el hospital de MSF había resultado gravemente herido en la cabeza y falleció poco después de ser trasladado al hospital de la organización. Otros tres pacientes, en condición crítica, pudieron ser estabilizados y referidos para continuar su tratamiento. Todos los heridos son personas desplazadas que se encuentran entre las 30.000 que han buscado refugio a causa del conflicto de Sudan del Sur en la base de las Naciones Unidas en Malakal, donde se ubica el reciento de Protección de Civiles (PoC por sus siglas en inglés).
Desde el inicio del conflicto, en diciembre de 2013, los civiles, incluyendo pacientes y personal médico, han sufrido frecuentes ataques. MSF condena tajantemente los ataques a la base de protección de civiles de Malakal y realiza un llamamiento a todos los partes en conflicto para que respeten a la población civil, a los heridos y al personal sanitario.
MSF es una de las organizaciones humanitarias con más personal en Sudán del Sur. En la actualidad cuenta con más de 3.100 trabajadores humanitarios en el país. Así mismo, lleva a cabo proyectos en Etiopía, Uganda y Sudán donde asiste a refugiados sursudaneses. MSF trabaja en seis de los diez estados del país, incluyendo Unidad, Nilo Alto y Jonglei donde el conflicto está causando mayor sufrimiento entre la población.
