Dos nuevos estudios publicados por Epicentre, el centro de investigación de Médicos Sin Fronteras (MSF), en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas en Boston que ha tenido lugar la semana pasada, revelan una reducción del número de nuevas infecciones en zonas donde el tratamiento del VIH se ha ampliado. Estos estudios se encuentran entre los escasos que analizan la expansión de la terapia antirretroviral (ARV) en entornos reales de África subsahariana con una elevada carga de VIH así como su posible impacto sobre la reducción del número de nuevas infecciones.
El primer estudio se realizó en el distrito de Chiradzulu en Malaui. En Chiradzulu, con una prevalencia del VIH del 17%, el Ministerio de Sanidad y Médicos Sin Fronteras dieron comienzo en 2001 a un incremento a gran escala de la Terapia Antirretroviral (TAR), que ha supuesto un enorme esfuerzo para superar los problemas en materia de recursos humanos y la atención descentralizada en la comunidad. La cobertura de la Terapia Antirretroviral en el distrito es alta, un 65,8%.
El estudio revela un nivel muy bajo de nuevas infecciones, o incidencia, de sólo un 0,4% a partir de una muestra poblacional transversal. La incidencia era más elevada en las mujeres (un 0,57%) que en los hombres (0,18%). Además, entre toda la población VIH-positiva parte del estudio (incluidas personas en tratamiento y otras que no lo reciben), una elevada proporción (un 61,8%) presentaba niveles indetectables de VIH en la sangre (por debajo de 1.000 copias). Esto es, por ejemplo, dos veces más alta que el nivel de supresión viral detectado entre la población VIH-positiva en Estados Unidos, situada en un 25% en 2012.
Dos de cada tres personas que viven con VIH en nuestro estudio poseen lo que se considera un VIH indetectable y prácticamente no hay riesgo de que transmitan el virus es extraordinario ver que es viable alcanzar estos niveles en estos entornos con recursos tan limitados, afirma el Dr. David Maman, investigador jefe del estudio de Malaui. Aunque no se trata de un ensayo clínico, el nivel de nuevas infecciones que vemos es tan reducido que nuestro estudio indica claramente que el tratamiento del VIH en sí mismo ha jugado un papel importante en la reducción de la transmisión.
El segundo estudio fue realizado por MSF en Sudáfrica en la provincia de KwaZulu Natal que presenta uno de los niveles más elevados de prevalencia del VIH del mundo: un 25%. Aunque la ampliación a gran escala del tratamiento en esta zona es más reciente, ésta comenzó en 2009, a menor escala la terapia antirretroviral se administra desde 2004. A pesar de la elevada prevalencia, la tasa de incidencia que se encontró fue moderada, un 1,2% por año, los datos sugiere de igual forma la TAR juega, probablemente, un papel importante a la hora de reducir las nuevas infecciones. Otros hallazgos del estudio resultaron ser bastante llamativos. La prevalencia en mujeres duplicaba a la de los hombres, con la prevalencia más elevada (56%) entre las mujeres de edades comprendidas entre los 30 y los 40, mientras que las más jóvenes, entre los 20 y los 30, registraban las tasas más altas de nuevas infecciones, en un 4,0% por año, cuatro veces más elevada que la de los hombres de la misma edad. En general, la cobertura de la Terapia Antirretroviral era relativamente buena: tres cuartas partes de las personas VIH positivas que necesitaban tratamiento lo recibían, con una mejor cobertura entre las mujeres que entre los hombres (un 78,5% frente a un 63,9%). La supresión viral se consiguió en un 89,6% de personas que recibían tratamiento desde hacía más de seis meses. Además, una elevada proporción de personas VIH-positivas conocían su situación antes de la encuesta.
Estudios como éstos son esenciales para obtener una visión clara de la epidemia, declara la Dra. Helena Huerga, investigadora responsable del estudio de Sudáfrica. Nuestro estudio nos dice que la situación en terreno es mejor de la que esperábamos, pero también indica exactamente hacia donde debemos dirigir nuestras intervenciones para mejorar el impacto. Como podemos comprobar, cuanto más tiempo tiene el programa de tratamiento, mayor es el impacto que parece haber sobre la reducción de la transmisión, así que esto supone una auténtica señal para que la comunidad mundial en el campo de la salud siga luchando para aumentar el tratamiento del VIH a gran escala y que éste llegue al mayor número de personas posible lo antes posible.
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Médicos Sin Fronteras apoya la provisión de tratamiento antirretroviral a más de 280.000 pacientes en más de 20 países.