Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han administrado medicamentos contra la malaria como profilaxis a unos 175.000 niños de entre 3 meses y 5 años de edad en el distrito de Koutiala, en el sur de Malí, y en dos zonas del distrito de Moissala, en Chad, a través de una intervención conocida como quimioprevención de la malaria estacional (SMC, por sus siglas en inglés). Los niños de este grupo de edad tienen un alto riesgo de morir por malaria debido a que su sistema inmunitario no está plenamente desarrollado. Los resultados preliminares del programa piloto de MSF muestran un descenso de más de dos tercios del número de casos de malaria simple en el área de intervención de Malí y de hasta el 86% en Chad. También se ha registrado una disminución significativa de casos de malaria severa.
«Aunque tenemos que seguir evaluando el impacto de la quimioprevención de la malaria estacional, en términos de su efecto global sobre la salud de la población, los resultados iniciales de nuestra intervención muestran una disminución espectacular del número de casos», explica la doctora Estrella Lasry, especialista en malaria de MSF. «Estamos viendo una correlación entre nuestro programa de prevención y que más de la mitad de las camas pediátricas del hospital donde trabajamos en Malí están vacías, algo que nunca habíamos visto en años anteriores durante el pico estacional de malaria, cuando la ocupación de camas era normalmente de más del 100%.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la SMC en marzo de este año, en base a investigaciones realizadas en varios países de la región africana del Sahel cuya incidencia de malaria estacional es alta. Esta intervención consiste en el suministro intermitente de un ciclo completo de tratamiento de un antipalúdico durante la estación de mayor transmisión de la malaria para prevenir nuevos casos. Para tratar los casos positivos se utilizan fármacos diferentes.
Los programas piloto de MSF se pusieron en marcha en julio y durarán hasta octubre, el pico estacional de malaria en la zona del Sahel (noticias). Se trata de la primera vez que la organización médico-humanitaria lleva a cabo un programa de SMC a gran escala. Unos 165.000 niños en Malí y 10.000 en Chad están tomando un total de tres tabletas de amodiaquina y una de sulfadoxina/pirimetamina durante tres días una vez al mes. Los niños que están enfermos en el momento de la distribución y dan positivo de malaria reciben un tratamiento a base de artemisinina y no se incluyen en la distribución profiláctica de ese mes.
Antes del inicio de la intervención, se llevaron a cabo pruebas en las áreas de Malí y Chad objeto del programa para determinar la resistencia a los fármacos de la quimioprevención de la malaria estacional. No se hallaron resistencias en la muestra representativa de la prueba, aunque periódicamente se llevarán a cabo otras encuestas de resistencia en Koutiala y Moissala.
Datos prometedores
Los equipos de MSF en Malí observaron un descenso del 65% en el número de casos de malaria simple en las semanas siguientes a la distribución del tratamiento. Además, el número de hospitalizaciones asociadas a la malaria cayó de un promedio de 247 por semana a solo 84. En el sur de Chad, los resultados fueron igualmente alentadores; en dos zonas sanitarias del distrito de Moissala la disminución en el número de casos de malaria simple fue de entre el 72 y el 86 %, en comparación con los casos registrados las semanas anteriores a la primera distribución de SMC.
«Esta estrategia de prevención podría ser una extraordinaria medida de salud pública, en particular para proteger a los niños que representan la gran mayoría de las muertes por malaria», dice la doctora Lasry. «Podemos inspirarnos en nuestros proyectos en Chad y Malí para evaluar la posibilidad de emplear esta estrategia en otros contextos», añade.
Con todo, MSF considera que se deben seguir apoyando e implementando en los países endémicos otros métodos de prevención de la malaria, como la distribución de mosquiteras e insecticidas, además del adecuado diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Según la OMS, se estima que cada año mueren 650.000 personas a causa de la malaria. El 90% de los casos se dan en África subsahariana, principalmente entre los niños pequeños. MSF trató a 1.423.000 pacientes con esta enfermedad en 2011.
MSF lleva a cabo proyectos para el tratamiento y la prevención de las enfermedades más mortales en niños de corta edad en Malí y Chad. Desde principios de 2012, más de 12.000 personas han recibido tratamiento de la malaria en régimen ambulatorio y 3.500 niños enfermos y/o con desnutrición severa han sido hospitalizadas en el distrito maliense de Koutiala. En el distrito de Moissala, en Chad, más de 18.000 personas han recibido tratamiento contra la malaria en estructuras de salud apoyadas por MSF o por parte de personal no médico formado por los equipos de la organización.