Varias regiones del país están sufriendo importantes brotes de malaria. Médicos Sin Fronteras (MSF) da apoyo al Ministerio de Salud congoleño en las provincias Oriental, de Maniema y de Ecuador, donde ya ha atendido a más de 17.000 personas.
La malaria es la principal causa de muerte en República Democrática del Congo (RDC). Cada año, esta enfermedad transmitida por mosquitos acaba con la vida de 180.000 niños menores de 5 años.
La causa precisa del brote actual todavía es incierta. El sistema de salud en RDC no puede organizar una respuesta adecuada a la crisis, debido a la falta de recursos, infraestructura y personal sanitario con la formación apropiada.
Los equipos de MSF que trabajan en las provincias de Maniema, Ecuador y Occidental están dando apoyo al Ministerio de Salud para atender a miles de personas afectadas.
Dispensar atención médica en zonas remotas supone un reto tanto humano como logístico para los equipos. «Las aldeas en las que trabajamos son en su gran mayoría inaccesibles por tierra. Nuestros equipos se desplazan en moto, canoa o a pie, llevando consigo los suministros médicos necesarios», explica Carole Coeur, coordinadora de proyectos de MSF.
Tratamiento y prevención
MSF está respondiendo al brote de malaria tratando los casos más graves en los hospitales de referencia, y los casos no complicados en centros de salud o en clínicas móviles. Los equipos también realizan actividades preventivas y de sensibilización entre la población.
«Para contener la enfermedad, no basta con un enfoque meramente preventivo como la distribución de mosquiteras. También tenemos que tratar a tantas personas como sea posible, afirma el Dr. Jorgen Stassijn, especialista en malaria y miembro del equipo de MSF que actualmente trabaja en la provincia de Ecuador.
Hasta la fecha, los equipos de MSF en las tres provincias de RDC ya han atendido a 17.000 personas afectadas por este brote masivo de malaria.