La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) condena cualquier tipo de medida que suponga la repatriación de personas que buscan refugio en Europa para escapar de la guerra. Tal es el caso del acuerdo bilateral firmado el 17 de junio entre Italia y el Consejo de Transición Nacional libio, en el marco de la ayuda mutua y la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal.
MSF no sale de su asombro al ver que, Italia, uno de los Estados beligerantes implicados en el conflicto libio adopta este tipo de medidas con la guerra todavía en curso. Además, las personas que llegan en pateras desde Libia están escapando de la violencia y necesitan protección. Repatriar a estas personas o hacer retroceder sus embarcaciones de vuelta, con la excusa de combatir la inmigración ilegal, constituye una violación del Derecho Internacional que obliga a los Estados a respetar el principio de non-refoulement o no devolución.
MSF desea recalcar la falta de coherencia de un acuerdo así y el doble rasero que aplican los países europeos implicados en la guerra de Libia. Es inaceptable que un país que está bombardeando en nombre de la protección de los civiles, simultáneamente devuelva a las víctimas a esa guerra. «Este acuerdo supone una sentencia de muerte para las poblaciones, que corren el riesgo de volver a quedar atrapadas en el conflicto», afirma Christopher Stokes, director general de MSF en Bélgica.
Ya en 2009, MSF expresó su preocupación tras la firma del tratado de amistad entre Libia e Italia porque contemplaba la repatriación forzada de migrantes. MSF ahora puede ver las terribles consecuencias de tal acuerdo para las personas que intentaron sin éxito llegar a Italia antes de que estallara el conflicto.
Tratos degradantes e inhumanos
Los equipos de MSF están atendiendo a personas que han buscado refugio en el centro de acogida de migrantes en Mineo (Sicilia, Italia) y en el campo de refugiados de Choucha (Túnez). Los testimonios revelan la crueldad, el trato degradante e inhumano y el trauma sufrido por los migrantes que son devueltos a los centros de detención libios. Los italianos nos atraparon cerca de Lampedusa, ataron una cuerda a nuestra patera y nos remolcaron de vuelta a Libia, donde nos volvieron a detener, nos torturaron y nos obligaron a llamar a nuestras familias pidiendo un rescate, explica desde el campo de Choucha un hombre somalí que había sido devuelto a Libia antes de empezar la guerra. «Logré escapar cuando estalló la guerra.
MSF pide al Consejo Europeo que considere los peligros de esta clase de acuerdos, en el marco de la lucha contra la inmigración ilegal. MSF de nuevo recuerda a todos los Estados su obligación de respetar los derechos fundamentales de todas las personas bajo su jurisdicción, independientemente de su nacionalidad. En todo momento los Estados europeos tienen que garantizar la no devolución de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo desde jurisdicciones terrestres y marítimas, y asegurar que esas personas reciben un trato digno a su llegada, incluyendo acceso a un procedimiento de solicitud de asilo equitativo y eficiente.