Cuando se cumplen 90 días de la catástrofe que el pasado 11 de marzo arrasó el noreste de Japón, el sistema de salud nacional empieza a restablecerse. MSF da apoyo a las autoridades rehabilitando estructuras sanitarias y realizando actividades de salud mental en las zonas más afectadas.
A pesar de los enormes esfuerzos del gobierno nipón para la recuperación del país, pasarán varios años antes de que se acaben de construir los centros de salud permanentes que sustituirán a los que quedaron totalmente destruidas por el desastre.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha empezado a dar apoyo a la construcción y rehabilitación de dos clínicas en las prefecturas Miyagi e Iwate, donde varios equipos de la organización han estado trabajando durante los últimos tres meses. Aunque las actividades médicas continúan, se espera que hacia finales de junio se den por acabadas.
Clínicas provisionales
En la región de Minami Sanriku, prefectura de Miyagi, MSF asistirá en el diseño, construcción y equipamiento de un centro provisional de atención primaria de salud que cubrirá las necesidades de una población de 23.000 habitantes. Se prevé utilizar esta estructura entre tres y cinco años hasta que la nueva clínica permanente esté completamente operativa.
En la zona de Taro, prefectura de Iwate, MSF asistirá en la restauración y equipamiento de una clínica parecida situada en un hotel. La instalación será utilizada como estructura puente para una población de 5.000 habitantes hasta que se finalice la construcción de una clínica definitiva.
En Minami Sanriku, se proyecta construir una clínica a base de módulos que contará con servicios de consultas externas, otorrinolaringología, odontología, pediatría y pruebas médicas. En Taro, el centro de salud provisional contará con servicios ambulatorios generales e instalaciones para pruebas médicas básicas.
Salud mental
Equipos móviles de MSF han estado prestando apoyo psicológico a los evacuados en Tomarisaki-sou, Seikan-sou y un centro de evacuación en el hotel Kanyo, y han acompañado a enfermeros nacionales en sus rondas de visitas domiciliarias para darles formación práctica en atención de salud mental.
Por otro lado, los psicólogos de MSF realizan actividades de sensibilización a la población de las zonas siniestradas, a través de folletos y de la emisora de radio comunitaria. Los temas clave son la identificación de problemas de salud mental y la gestión del estrés, así como facilitar información sobre dónde y cuándo buscar apoyo psicosocial.
La organización también ha establecido contacto con una escuela de enfermería, donde se está considerando la posibilidad de dar formación e información sobre salud mental a profesores y padres de alumnos de escuelas locales.
Apoyo psicosocial
El pasado 27 de abril, MSF abrió un café en el centro de evacuación Bayside Arena, en Minami Sanriku, con la intención de crear un espacio de encuentro informal con los psicólogos de MSF, en un entorno más amigable, a fin de detectar casos vulnerables y poderlos tratar a tiempo. Desde entonces, 2.170 personas han utilizado este espacio y más de 300 han recibido algún tipo de apoyo psicológico.
Catástrofes como un tsunami alteran la comprensión que las personas tienen de muchas cosas: de lo que es seguro y lo que no lo es, sus esperanzas de cara al futuro, sus relaciones y su propia comunidad, explica Suzanne Petrie, psicóloga de MSF que ha trabajado con poblaciones traumatizadas en Pakistán y Jordania. Para la mayoría de la gente, estas reacciones disminuirán con el tiempo, pero una minoría puede seguir necesitando ayuda psicológica si estas reacciones son graves y persistentes y tienen un impacto importante sobre la capacidad personal para afrontarlas.
Proporcionar información sobre las reacciones normales durante esta fase del proceso de recuperación, sensibilizando sobre formas de afrontamiento, poniendo algunos servicios a disposición de las personas y grupos que requieren apoyo, y desarrollando la capacidad de quienes tienen contacto con la comunidad como médicos, enfermeras, maestros y trabajadores comunitarios, constituye una importante inversión para el futuro bienestar de la población, concluye Suzanne.
Tres meses de actividades
– A finales de mayo, los equipos médicos de MSF habían realizado un total de 4.356 consultas en Minami Sanriku y Taro. En ambos lugares, los principales problemas fueron hipertensión e infecciones de las vías respiratorias altas.
– MSF está prestando apoyo a las autoridades locales en la construcción de dos clínicas temporales en Minami Sanriku y en Taro.
– Desde el 27 de abril, 2.170 personas han utilizado el espacio de encuentro en el café de Bayside Arena, en Minami Sanriku, y se han efectuado más de 300 intervenciones psicológicas.
– El equipo de MSF sigue llevando a cabo actividades de apoyo psicológico y de sensibilización en Minami Sanriku y Taro. También imparte formación a personal de enfermería nacional y se estudia la posibilidad de formar e informar a profesores y padres de alumnos de escuelas locales en temas de salud mental.
– MSF dio apoyo a la construcción de una estructura semipermanente por parte de un equipo de 25 evacuados (a petición suya) en Baba Nakayama, cerca de Minami Sanriku. El equipo también mejoró el sistema eléctrico de un hotel que acogía a personas evacuadas y de la clínica temporal de Taro.
– La organización donó dos autobuses de 30 plazas a los servicios de salud locales en Minami Sanriku para el transporte de evacuados a los centros de salud, así como un vehículo adaptado para pacientes discapacitados en la ciudad de Taro y sus alrededores.
– Inmediatamente después de producirse el sismo y el posterior tsunami, MSF distribuyó 4.030 mantas, 6.500 litros de agua y 10.000 kits de higiene con jabón, cepillos de dientes, pasta dentífrica y toallas a los damnificados. Kits de artículos de primera necesidad con pilas, velas, cerillas y toallas fueron distribuidos a 4.000 personas. MSF también donó medicamentos, consumibles y suministros médicos por valor de 110.000 euros.