La falta de apoyo de los donantes internacionales a la lucha contra el sida, no sólo estancando o reduciendo fondos, sino también con su negativa a establecer metas explícitas de cobertura global de tratamiento, amenaza con frenar los esfuerzos emprendidos por muchos países afectados por la pandemia para mejorar sus programas de VIH/sida. Así se desprende del informe Tomando las riendas. Lucha contra el sida: lecciones para la próxima década, publicado por Médicos Sin Fronteras (MSF), con vistas a la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida que la Asamblea General de Naciones Unidas celebrará esta semana, entre el 8, 9 y 10 de junio en Nueva York.
El informe recoge los esfuerzos realizados por varios países para mejorar sus protocolos de tratamiento y reducir la carga de muerte y enfermedad asociada al VIH, y destaca que la falta de un apoyo decidido por parte de los donantes impide que se puedan realizar progresos cruciales. Los frágiles avances conseguidos hasta ahora necesitan un respaldo sostenido: sin embargo, los dos principales financiadores (Estados Unidos y Reino Unido) se oponen a establecer objetivos de cobertura del tratamiento, aunque se haya demostrado su eficacia en la prevención de nuevos contagios.
Existe un compromiso claro de los países afectados para dar una respuesta contundente al sida, cambiando sus guías para introducir el tratamiento precoz de los pacientes y con mejores regímenes de tratamiento explica el director de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF, el doctor Tido von Schoen-Angerer, pero debido a las limitaciones presupuestarias, algunos de ellos no pueden ponerlas en práctica, lo que pone de manifiesto cuán frágiles son estos progresos en realidad.
MSF ha estudiado las políticas de lucha contra el sida implantadas en 16 países (que suman el 52% de la carga mundial del sida): 12 de ellos han modificado sus protocolos para establecer el tratamiento precoz (cuando el sistema inmunológico no está tan deteriorado), y 14 han hecho lo propio para adoptar tratamientos con fármacos de mejor tolerancia para los pacientes. Ambas políticas forman parte de las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otros países, como Malaui y Zimbabue, tienen previsto introducir mejores protocolos de tratamiento, pero no pueden hacerlo debido a la escasez de fondos. Todo ello supone mantener a los pacientes con peores regímenes de tratamiento, o iniciar este último cuando sus sistemas inmunitarios están más debilitados.
Un nuevo objetivo global de acceso al tratamiento del VIH/sida
La Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas de junio revisará los avances logrados en la lucha global contra el sida y establecerá las pautas para la próxima década. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha pedido a los donantes que apoyen el establecimiento de un nuevo objetivo global de acceso a tratamiento: 13 millones de personas para 2015. Otros actores implicados en la lucha contra el sida quieren elevarlo incluso a 15 millones. Sin embargo, en reuniones a puerta cerrada, Estados Unidos y algunos países europeos, como Reino Unido, hasta ahora se han mostrado reacios a respaldar tales metas.
Esta es de hecho una de las peticiones que MSF ha presentado formalmente a la Delegación del Gobierno español que acudirá a Nueva York en junio: que respalde el establecimiento de una meta explícita de cobertura global del tratamiento del VIH. Asimismo, MSF ha pedido a España que respalde la implantación de las nuevas guías de la OMS para el tratamiento precoz y con mejores medicamentos, y que apoye el establecimiento de una cantidad total de fondos que los Estados miembros deberán destinar a la lucha contra el sida, más concretamente, al Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.
En este sentido, los recientes anuncios realizados por varios Gobiernos, entre ellos el de España, de que congelarán las aportaciones al Fondo Global hasta que concluyan las investigaciones sobre el caso de malversación de fondos que según la investigación de la auditora independiente de dicho fondo afectarían a un 0,3% de los 13.400 millones de dólares desembolsados desde su creación , llegan en el peor momento y confirman la clara tendencia iniciada ya en 2009 a la retirada de apoyos a este organismo. Estas congelaciones sencillamente condenan a millones de personas que no tienen nada que ver con las malversaciones a ver suspendidos los tratamientos que les mantienen con vida.
El caso de España es llamativo dentro de la comunidad internacional, ya que el apoyo político y económico del Gobierno a la lucha contra la pandemia había puesto a España entre los países más comprometidos, y ahora estamos recibiendo señales preocupantes, explica el presidente de MSF España, José Antonio Bastos. En 2010, España recortó de forma drástica y desproporcionada las contribuciones destinadas a la lucha contra el sida, y tampoco ha anunciado aún como sí han hecho la mayoría de los países donantes la cantidad que aportará al Fondo Global para los próximos tres años, cuando esta es una de las medidas de la seriedad del compromiso en esta lucha.
Diez millones de personas necesitan tratamiento con urgencia
Seis millones de personas reciben actualmente tratamiento contra el sida en los países en desarrollo, pero otros 10 millones de personas lo necesitan con urgencia. Según el doctor Von Schoen-Angerer, hemos aprendido mucho esta última década sobre la forma de proporcionar tratamiento al mayor número de personas posible y lo más rápidamente posible. Con las políticas correctas, podríamos triplicar la cifra de pacientes en tratamiento sin triplicar los costes. Pero si los países donantes no respaldan el establecimiento de un objetivo de tratamiento, el mensaje que están enviando es muy claro: no tienen la intención de hacer frente a la pandemia.
La evidencia científica también respalda la necesidad de implantar el tratamiento precoz, al confirmar que de esta forma no sólo se lucha contra la enfermedad del paciente, sino que también se contribuye a detener la transmisión del virus a personas no infectadas: diferentes investigaciones presentadas recientemente han arrojado resultados contundentes, demostrando que las personas en tratamiento antirretroviral reducen su riesgo de transmisión hasta en un 96%.
Sabemos que el tratamiento del VIH salva vidas, alivia el estado de enfermedad del paciente e incluso reduce drásticamente el riesgo de transmisión de una persona a otra, explica la doctora argentina Marcela Tomassi, del proyecto de VIH/sida de MSF en Suazilandia, donde el 26% de la población vive con VIH. Ahora más que nunca, los Gobiernos deben renovar sus antaño ambiciosos planes de lucha contra el sida y apostar por el tratamiento del máximo de personas posible.
MSF comenzó a proporcionar terapia antirretroviral a personas con VIH/sida en el año 2000 y actualmente cuenta con más de 170.000 pacientes en tratamiento en 19 países de África y Asia.