Seis meses después, las necesidades de las víctimas de las inundaciones en Pakistán han cambiado. La gente que ha regresado ya a sus hogares se encuentra en una situación muy vulnerable debido al frío y la falta de abrigo, comida, agua y atención médica. Lo han perdido todo. Sin embargo, el hecho de que gran parte de las aguas haya retrocedido, es ya de por sí un signo de mejoría.
Los cultivos han empezado a brotar en los campos y algunas personas nos han dicho que esperan poder recolectar parte de sus cosechas en marzo. Muchas familias han empezado a regresar a lo que queda de sus aldeas y a tratar de reconstruir sus vidas, explica Benoit de Gryse, coordinador general de MSF en Pakistán.
En las provincias de Sindh y Baluchistán, en el sur de Pakistán, MSF está trabajando en la rehabilitación de estructuras sanitarias para mejorar el acceso a la atención médica de los retornados, instalando bombas de agua para mejorar el acceso a agua potable, y distribuyendo material de cobijo más duradero para que la población pueda afrontar mejor la larga fase de recuperación.
En ambas provincias la situación sigue siendo frágil y aquellos que han conseguido volver a sus hogares se encuentran en condiciones muy precarias, pues las necesidades continúan siendo son enormes.
Es importante que se produzca una respuesta adecuada y que se adapten las respuestas a las necesidades actuales de la población, pues en caso contrario podríamos volver a una situación de crisis. Las necesidades han cambiado y es importante la presencia de otros actores que aporten soluciones a más largo plazo. Nosotros mantendremos varios proyectos en Pakistán, pero el rol principal en esta fase de post emergencia debe ser principalmente asumido por el gobierno y otras organizaciones de ayuda al desarrollo, comenta de Gryse.
Apoyo a los que siguen desplazados
En Johi y Karachi, provincia de Sindh, y en Dera Murad Jamali, provincia de Baluchistán, MSF aún realiza actividades directamente relacionadas con las inundaciones. Allí nuestros equipos siguen suministrando artículos de primera necesidad, agua y refugios temporales. Desde el punto de vista médico, seguimos realizando clínicas móviles y programas nutricionales, de promoción de la salud y de salud mental.
Ahora que el gobierno y otros actores han reducido su asistencia en los campos de desplazados que aún hay en Karachi, MSF está considerando la posibilidad de ampliar sus actividades para dar apoyo a la población desplazada. Por otro lado, los equipos en Sindh están rehabilitando clínicas de salud locales y donando material médico y medicamentos para asegurar que los retornados tengan al menos el mismo nivel de asistencia médica que antes de las inundaciones.
Desnutrición en Sindh
Como la mayoría de la gente ha perdido sus casas y sus cosechas, la escasez de alimentos se ha convertido en un problema permanente para muchos, aunque en Sindh, por ejemplo, el problema ya era crónico antes de las inundaciones. Justo después de producirse el desastre, se detectó un elevado número de casos de desnutrición en zonas afectadas por la crecida de las aguas (como Sukkur, Larkana, Jamshoro y Sehwan), lo que probablemente podía deberse a las inundaciones o a que la situación nutricional ya fuera deficiente antes de las mismas. MSF puso en marcha varios programas nutricionales en Sindh y, gracias a ello, la tasa de desnutrición en las zonas en las que han estado trabajando nuestros equipos ha bajado hasta niveles similares a los que había antes de las inundaciones.
En las últimas semanas, hemos reducido o traspasado nuestras actividades donde había mayor presencia de organizaciones humanitarias y nos hemos centrado en zonas remotas o incomunicadas, en las que las necesidades todavía son agudas y la asistencia resulta insuficiente. A día de hoy, MSF sigue teniendo programas nutricionales en el sur de Sindh (Jamshoro y Karachi). Ya antes de las inundaciones, la organización desarrollaba un programa nutricional en Baluchistán y actualmente es la única ONG internacional que trabaja para mejorar la situación nutricional en esta provincia, pues las necesidades siguen siendo apremiantes.
Balance de la respuesta de MSF
Seis meses después de las inundaciones, MSF ha redactado un informe en el que da cuenta de sus actividades durante la intervención de emergencia en Pakistán. Los principales datos son:
– Más de 106.600 consultas realizadas en cinco hospitales, siete clínicas móviles y seis centros de tratamiento de infecciones gastrointestinales.
– Más de 97.000 consultas a niños, mujeres embarazadas y lactantes, y más de 8.800 niños desnutridos tratados.
– 434 partos complicados atendidos, 82 cesáreas y 339 bebés recién nacidos ingresados.
– Distribución de 2,1 millones de litros de agua limpia al día, construcción de 709 letrinas, 280 duchas y 130 puntos para el lavado de manos, e instalación de 271 bombas de agua.
– Distribución de más de 73.700 kits con materiales de ayuda, más de 22.625 tiendas de campaña, 2.000 refugios temporales.
Desde 1988, MSF presta asistencia médica a pakistaníes y refugiados afganos que sufren los efectos de conflictos armados, la escasez de atención sanitaria y los efectos de los desastres naturales en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa, Baluchistán, Punjab y Sindh, así como en las Áreas Tribales de Administración Federal y Cachemira. MSF no acepta fondos de ningún gobierno para su trabajo en Pakistán y depende exclusivamente de las aportaciones privadas de sus socios y donantes.