Ya han pasado dos semanas desde que el ciclón Giri azotó la costa oeste de Myanmar el 22 de octubre y la respuesta de emergencia es insuficiente para responder a las necesidades de la población. El ciclón ha causado mucha destrucción en pueblos al este y al sur de Sittwe, en el estado de Rakhine.
Al menos 81.000 personas se han quedado sin casa y 16.000 hectáreas de campos han quedado destrozados antes de la cosecha, según estimaciones oficiales. La población necesita comida y material de abrigo.
Los supervivientes del ciclón están en un momento muy vulnerable y necesitan más asistencia de forma urgente.
Los equipos de MSF trabajan en Minbya y las ciudades de alrededor, las zonas más azotadas por el ciclón. MSF estima que el 50% de muchos pueblos ha quedado destrozados. Muchas familias se han refugiado en monasterios, o están usando chatarra para construirse refugios improvisados. La mayoría de la gente dice tener poco o nada que comer, y pocas posibilidades de obtener comida a corto plazo.
En el pueblo de Kyauk Nga Nwar, los 150 hogares han sido destrozados por el ciclón. Un equipo de MSF trató a un hombre de 90 años demasiado frágil para escapar del ciclón y que se quedó en casa con sus dos hijos. Durante la tormenta, un árbol destrozó su casa hiriéndoles a los tres.
El riesgo de la malaria
Entre los muchos riesgos sanitarios agravados por el ciclón, la zona está ahora entrando en el pico de la temporada de malaria. La falta de techo, comida y atención médica adecuada aumenta la amenaza de esta enfermedad.
En colaboración con las autoridades y otros actores, MSF ha estado distribuyendo paquetes de comida, materiales de refugio y herramientas y tiene la intención de seguir distribuyendo más materiales a miles de familias afectadas por el ciclón en las próximas semanas. MSF también ha enviado equipos médicos para dar asistencia primaria a las población afectada y ha donado medicamentos y materiales médicos a centros de salud locales. Tres de los seis centros de salud han sido completamente destruidos.
MSF ha trabajado en Myanmar desde 1992. En los últimos años se ha centrado en tratar VIH/sida, tuberculosis, y malaria, y en responder a desastres naturales como el devastador ciclón Nargis en 2008. En Myanmar, MSF gestiona 17 clínicas de VIH que dan tratamiento antiretroviral a más de 16.000 personas, además de nueve centros de salud y más de 30 puestos para tratar malaria.