Desde el 23 de agosto, MSF ha tratado a 500 heridos de guerra.
Después de los intensos combates que tuvieron lugar el 23 de septiembre en Mogadiscio, la capital de Somalia, docenas de personas gravemente heridas, entre ellas mujeres y niños, fueron atendidas en el hospital que apoya Médicos Sin Fronteras a las afueras de la ciudad, en Daynile. 81 personas fueron admitidas en el hospital el viernes por la mañana, la gran mayoría por heridas producidas por explosiones. Cuatro pacientes han fallecido.
El equipo de MSF instaló una tienda de campaña adicional en el recinto del hospital para poder hacer frente a la gran afluencia de heridos. Anteriormente, ya se habían instalado otras tres tiendas para poder gestionar el desborde del hospital de 59 camas, que sólo en un día de la semana pasada recibió 45 heridos. Actualmente, 161 personas están en tratamiento.
Los habitantes de Mogadiscio se llevan la peor parte de esta guerra atroz y nuestro personal médico lucha cada día para mantenerse al día, explica Thierry Goffeau, coordinador general de MSF. Esta última ola de violencia, cuya intensidad ha ido en aumento en el último mes, pone a prueba nuestra capacidad para responder adecuadamente a las enormes y urgentes necesidades médicas que tiene la población».
Desde el 23 de agosto, el equipo de MSF ha tratado a 500 heridos de guerra, 370 de ellos por lesiones causadas por explosiones y 130 heridos por arma de fuego. Se han realizado cerca de 200 cirugías. Algunos suministros médicos están agotados en Mogadiscio por lo que MSF ha trabajado rápidamente para reabastecer el hospital de Daynile con material que va desde los tubos para drenajes hasta sábanas y colchones.
Hemos admitido en el hospital a hombres, mujeres y niños de corta edad con heridas horribles causadas por explosiones, dice Goffeau. Lamentablemente, el conflicto en Mogadiscio no es nada nuevo, pero no debemos olvidar el impacto que tiene sobre la población civil.
MSF lleva a cabo proyectos en ocho regiones del centro y sur de Somalia. Más de 1.300 trabajadores somalíes, apoyados desde Nairobi por un equipo de 100 personas, proporcionan atención primaria de la salud, tratamiento para la tuberculosis y la desnutrición, cirugía, así como agua y provisiones de emergencia para la población desplazada. MSF no acepta fondos de ningún gobierno para sus proyectos en Somalia, dependiendo exclusivamente de las donaciones particulares de personas en todo el mundo.