Este último fin de semana, las intensas lluvias, aludes y desbordes de ríos que se registraron en El Salvador como consecuencia del paso del huracán Ida, dejaron un saldo total de más de 150 personas muertas, una cantidad similar de desaparecidos y más de 13.000 evacuados, si bien aún no hay datos precisos. Las autoridades declararon el estado de emergencia en los municipios afectados, mientras que las poblaciones de diversas zonas quedaron aisladas durante días debido al colapso de varios puentes.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha enviado un equipo de 9 personas con médicos, logistas, una enfermera, un técnico de saneamiento de agua y una psicóloga para asistir a las víctimas de esta catástrofe natural. Además, desde su Unidad de Emergencia en Panamá, ha mandado un avión provisto de material médico y sanitario, que incluye equipos de saneamiento de agua y kits de emergencia para quince días con medicinas, materiales para curaciones y material quirúrgico y de esterilización, así como otros artículos de primera necesidad.
El personal de MSF ha estado evaluando las necesidades de la población en los dos municipios más afectados, La Paz y San Vicente, y ha podido conversar con las víctimas sobre la situación que vivieron. La gente explica que quedaba encerrada en sus casas, que el agua subía y subía, y no había salida, dice Xavi Punset, coordinador médico de MSF. El equipo de MSF ha realizado intervenciones psicológicas en algunos albergues, y ha podido constatar que, a pesar de la tristeza de los que perdieron sus hogares, la población civil se movilizó y actuó rápidamente, estableciendo albergues para los evacuados por propia iniciativa.
Las primeras evaluaciones parecen indicar también que la atención médica se encuentra cubierta por el gobierno salvadoreño y otras organizaciones no gubernamentales locales, y que las estructuras de los albergues están en buenas condiciones, por lo que MSF concentrará su ayuda en la distribución de materiales de primera necesidad, la organización de brigadas médicas en centros de salud, y el apoyo psicológico a las víctimas. MSF enfocará por el momento sus intervenciones en la región de La Paz, especialmente en la desembocadura del río Jiboa, en la zona alrededor de la capital departamental Zacatecoluca y en La Libertad.
Entretanto, el equipo de MSF continuará explorando las necesidades en sitios más remotos de la región de San Vicente, y evaluará la necesidad de establecer un programa de atención psico-social, especialmente para los que han perdido sus hogares. La duda más grande es lo que sucederá en el contexto de post-emergencia, explica Xavi Punset. Mientras que algunas casas se han visto inundadas pero son recuperables, otras viviendas han sido completamente arrasadas. Entonces, muchas personas que ahora se encuentran en los albergues, no tienen una casa a la cual retornar; para ellos, no hay donde volver.