Más de 60 trabajadores, incluyendo cirujanos, enfermeras y logistas, entre otros, forman parte del equipo de ayuda enviado a Filipinas, Indonesia y Samoa. 45 toneladas de material médico y humanitario llegarán a Indonesia en las próximas horas.
Tras una primera respuesta impresionante de las organizaciones locales e internacionales, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) están tratando de identificar las necesidades más urgentes y han comenzado a llevar a cabo actividades médicas ambulatorias así como distribuciones de material de ayuda en los lugares más afectados.
En Filipinas, un equipo está evaluando la situación en Tuguegarao, una ciudad situada en el norte del país, donde un segundo tifón causó la muerte de 15 personas y otros daños considerables el pasado sábado 3 de octubre. Otros equipos centran sus actividades en la ciudad de Manila y sus alrededores, una semana después de la tormenta tropical Ketsana.
Según cifras oficiales, las inundaciones causaron la muerte de 300 personas y el desplazamiento de 320.000 en Manila y áreas circundantes. Si bien el nivel del agua comenzó a ceder y muchas personas están regresando a sus hogares, algunas zonas están aún bajo el agua y pasarán algunos meses antes de que esta situación mejore. Se ha comenzado a realizar una clínica móvil y la distribución de artículos no alimentarios (jabón, recipientes y cubiertas de plástico) en Laguna Bay, al sureste de Manila, una zona que todavía está parcialmente inundada. La topografía de la región complica el acceso a las comunidades que pueden necesitar ayuda urgente. Para ello, los equipos de MSF están usando helicópteros y lanchas.
No se han detectado aún brotes de enfermedades. Dos clínicas móviles están realizando alrededor de setenta consultas médicas cada una en algunos de los 505 centros de evacuación en Manila y sus alrededores. Las principales enfermedades que se atienden son diarrea e infecciones de la piel. Nuestros equipos médicos han establecido un sistema de vigilancia con el fin de responder a posibles brotes de enfermedades transmitidas por el agua o infecciones respiratorias. «Después de cada gran desastre natural, las llamadas de auxilio suelen estar causadas por los riesgos de epidemias importantes», señala el doctor Jean Rigal, director médico de MSF. «El hecho es que no hubo ningún brote después del Tsunami en 2005 ni después del Katrina ese mismo año, ni después del huracán Mitch en 1998. En realidad, no suele haber epidemias que sucedan de inmediato tras un desastre natural, pero pueden presentarse más tarde, si la enfermedad ya estaba presente, o si el acceso a la atención en salud y al agua potable se deteriora en los espacios restringidos de los albergues donde la gente se aglutina. Es por eso que se necesita un sistema de vigilancia. Por otro lado, los riesgos para la salud causados por la presencia de cadáveres, que a menudo se plantean como un peligro, son relativamente menores.
En Indonesia, alrededor de 40 trabajadores, incluyendo cirujanos, enfermeras, psicólogos y logistas, están evaluando las necesidades en los alrededores de la ciudad de Padang, principalmente en Pariaman, donde cerca del 90% de las casas han sido destruidas. Las últimas estimaciones oficiales hablan de 704 muertos, y posiblemente entre 1.000 y 3.000 desaparecidos, casi una semana después del gran terremoto que sacudió la isla indonesia de Sumatra. Hay alrededor de 800 heridos graves y otras 2.600 personas con heridas leves. Sin embargo, la asistencia médica general, con varios hospitales de campaña, parece ser suficiente por ahora. Los equipos de MSF se concentran en las necesidades de las áreas rurales circundantes. Ya se han comenzado clínicas móviles y distribuciones de material de ayuda.
En las Islas Samoa, en el Pacífico Sur, un pequeño equipo formado por un coordinador, un técnico de agua y saneamiento y un psicólogo han visitado la costa sur de la isla de Upolu, entre Lalomanu y las aldeas de Fusi para llevar a cabo evaluaciones preliminares. Una parte importante de este tramo de litoral (entre Lalomanu y Lotofaga) sufrió el impacto del terremoto y el consiguiente tsunami el pasado 29 de septiembre. Un equipo está también en la zona de la isla de Manono, al oeste de Upolu. Accesible solamente mediante embarcación, esta zona no ha recibido ninguna ayuda hasta ahora de las organizaciones humanitarias. Médicos Sin Fronteras evaluará también las necesidades en salud mental de la población en esas zonas más golpeadas.