MSF se ve obligada a reducir sus actividades de emergencia en el noroeste de Pakistán.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha tenido que interrumpir sus actividades médicas de emergencia en la región de Swat en Pakistán y reducirlas en otras zonas afectadas por las hostilidades. La organización humanitaria internacional fue la única que daba apoyo al hospital de Mingora y que proporcionaba servicios de ambulancia en Swat. La reducción de las actividades de MSF es el resultado de la inseguridad generalizada además de toda una serie de incidentes directos contra la propia organización.
Incluso antes de esta nueva ofensiva, los civiles en el noroeste de Pakistán ya luchaban por su supervivencia en medio de una terrible situación, explica Brice de le Vingne, coordinador con base en Bruselas del trabajo de MSF en Pakistán y Afganistán. Hoy, los toques de queda, los controles de carretera y la intensificación de los combates imposibilitan el acceso de la población a los hospitales y clínicas. Están literalmente confinados a una situación de violencia extrema. Para colmo, a nuestro equipo sanitario le resulta prácticamente imposible asistirles.
La población no puede escapar de las hostilidades. Atrapados en sus hogares, no pueden salir a comprar comida, ni a buscar agua limpia, ni a consultar a un médico si lo necesitan.
Respeto a los civiles heridos
MSF urge a todas las partes a que respeten el derecho de los civiles heridos a recibir tratamiento médico, y a que proporcionen un espacio para que MSF les asista sin estar sujetos a más violencia, amenazas ni intimidaciones. Como prioridad, MSF tiene que poder evacuar a los heridos y reaprovisionar el hospital de Saidu Sharif con suministros médicos que se necesitan de manera apremiante.
Ésta es una situación totalmente insostenible, explica De le Vingne. Ha pasado de ser terrible a absolutamente desesperada. Y existe la posibilidad de que empeore todavía más. Justo ahora, exactamente cuando los riesgos a los que se enfrentan las personas son cada vez mayores, no estamos pudiendo llevar a cabo muchas de las actividades necesarias para salvar vidas.
Cientos de miles de personas están buscando refugio en partes menos inseguras de Pakistán. A menudo se instalan en campos improvisados o son acogidas por familias locales, lo que supone poner una carga adicional sobre unos recursos ya de por sí limitados, incluyendo la atención médica.
En Lower Dir, MSF sigue suministrando agua limpia y atención básica de salud en dos campos. Y en Peshawar, MSF se prepara para la posible llegada de más desplazados, incluyendo civiles heridos que no pueden encontrar tratamiento cerca de sus hogares. MSF tiene un equipo en espera en Dargai para asistir a todos aquellos que necesiten ser intervenidos quirúrgicamente.
Asistencia vital interrumpida
De diciembre de 2007 a diciembre de 2008, durante las horas de toque de queda, las ambulancias de MSF trasladaron a unos 1.300 heridos y otras urgencias de varias partes de Swat a Saidu Sharif y a hospitales en Peshawar e Islamabad. En septiembre, MSF trató a casi 4.000 pacientes de cólera durante un brote de esta enfermedad. Ya no es posible dispensar este tipo de asistencia vital.
Otras actividades de MSF en Pakistán, en Baluchistán, Kurram, y en la zona de Peshawar, siguen llevándose a cabo de forma ininterrumpida. MSF trabaja en tres unidades básicas de salud en los vecindarios de Peshawar que acogen a familias desplazadas por la guerra, ha apoyado un campo en Charsadda y ha distribuido artículos no comestibles de primera necesidad a más de 30.000 desplazados en Peshawar, Charsadda y Mardan desde agosto.