Los equipos de MSF asisten a los supervivientes a pie de playa y en el Centro de Recepción de Ahwar.
En la noche de ayer martes, 9 de septiembre, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) encontró ocho cadáveres en la playa de Wadi Al-Barakin (a 30 kilómetros al este de Ahwar, Yemen). Estas personas, refugiados y migrantes que escapan del conflicto y la extrema pobreza en el Cuerno de África, no tienen más remedio que utilizar las redes de traficantes de personas para cruzar el Golfo de Adén hasta Yemen. Durante el resto del día, se encontraron 21 cadáveres más en la costa, elevando el número de víctimas mortales a 29. Según los testimonios de los supervivientes, diez personas más murieron durante el viaje en barco.
A las 4:30 de la mañana, el equipo de MSF fue alertado de una nueva llegada a la costa, la séptima en nueve días. Cuando el equipo llegó a la playa, se encontró con un grupo de supervivientes y ocho cadáveres. Los supervivientes explicaron al equipo que el barco llegó en mitad de la noche y paró muy lejos de la costa, en aguas profundas. Los pasajeros fueron obligados con extrema violencia a lanzarse al agua. La mayoría de las personas que murieron no sabían nadar.
Los supervivientes explicaron que los traficantes fueron extremadamente violentos durante el viaje. Según sus testimonios, hasta diez personas murieron durante el viaje: varias por asfixia y tres, incluyendo dos niños, fueron lanzadas por la borda por los traficantes. Cerca de 120 personas iban en el barco al principio del viaje.
Los traficantes nos prometieron en Bossaso (Somalia) que nos llevarían a Yemen en pequeños grupos con nuevos barcos rápidos, y con el agua y los alimentos apropiados. Sin embargo, el barco era uno de los antiguos. Nos apuntaron con sus armas y nos forzaron a subir. Éramos 120 personas; estaba abarrotado; la travesía duró dos días. No nos dieron comida ni agua; algunos viajábamos en la bodega; varios murieron por asfixia, otros fueron lanzados por la borda, entre ellos dos niños. Para intimidarnos, nos golpeaban con cinturones. Uno de los traficantes nos roció con combustible y nos enseñó un mechero, explica un refugiado de 23 años de Mogadiscio, Somalia.
Después de recibir una primer asistencia en la playa, los refugiados fueron al Centro de Recepción de Ahwar, donde MSF proporciona asistencia médica y asesoramiento psicológico.
En las seis llegadas anteriores, los traficantes se habían comportado con cierta humanidad. Pensábamos que la tendencia podía haber cambiado, hasta hoy. Los terribles casos de 2007 se están repitiendo otra vez. La gente ha vivido cosas terribles. Una mujer ha perdido a sus tres hijos. Un joven etíope fue testigo de cómo lanzaban a su padre de 70 años por la borda durante la noche, y sólo pudo recuperar su cuerpo a la mañana siguiente. La mayoría nos explica que no tiene otra opción que huir de la violencia en Somalia y Etiopía, a pesar de que sabían que el viaje era peligroso. Esperábamos un llegada masiva de refugiados y migrantes; las cifras de 2008 duplican a las de 2007. Pero no se trata sólo de las cifras, la violencia también se ha incrementado en septiembre, declara Alfonso Verdú, Coordinador General de MSF en Yemen.
MSF puso en marcha este proyecto en septiembre de 2007 y proporciona asistencia médica y humanitaria a los refugiados y migrantes que llegan a las regiones de Abyan y Shabwa, en la costa de Yemen. Durante 2008, MSF ha proporcionado asistencia a más de 3.800 personas, 580 de ellas en septiembre.
En junio de 2008, MSF publicó el informe titulado Sin otra Opción para documentar las condiciones del peligroso viaje y reclamar un aumento dela asistencia para los miles de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes que huyen de sus países de origen.