Como respuesta a los recientes estallidos de violencia en Johannesburgo, Suráfrica, MSF está proporcionando asistencia médica de emergencia a los heridos que buscan refugio en las comisarías de policía, albergues comunitarios y otros emplazamientos donde han acudido en busca de seguridad. Desde diciembre de 2007, los equipos de MSF han estado proporcionando asistencia médica a la población vulnerable de Zimbabwe que se refugia en Suráfrica. Tras los recientes estallidos de violencia, los equipos móviles se organizaron rápidamente para responder a la situación actual, proporcionando atención médica de emergencia.
La violencia, que tiene como principal objetivo a los extranjeros procedentes de países vecinos, estalló el municipio de Alexandra el domingo, 11 de mayo, y desde entonces se ha propagado a otros municipios, llegando a Johannesburgo este fin de semana pasado. MSF ha enviado equipos móviles a un total de 13 localidades donde se han producido brotes de violencia. Hemos estado tratando heridas de bala, traumatismos craneales, heridas como resultado de palizas, laceraciones, quemaduras y otras heridas relacionados con la violencia, explica el Dr. Eric Goemaere, coordinador médico de MSF en Suráfrica.
La violencia ha provocado desplazamientos de población, quien se encuentra extremamente vulnerable, particularmente las mujeres, niños y ciudadanos procedentes de Zimbabwe a quien Suráfrica niega el estatus de refugiados. MSF estima que hay por lo menos 7.000 desplazados únicamente en los emplazamientos evaluados por los equipos en todo Johannesburgo. Los equipos móviles de MSF han tratado a más de 150 pacientes, la mayoría de los cuales con heridas relacionadas con la violencia. Aún así, el equipo de MSF no ha podido acceder al epicentro de los violentos ataques, lo que hace temer que no se esté dando repuesta a las necesidades más urgentes.
Aunque un pequeño grupo de organizaciones locales, particularmente la Cruz Roja Surafricana, se han movilizado para responder a las necesidades más básicas de los desplazados en materia de abrigo, alimentos, y saneamiento, éstas están trabajando al límite de sus capacidades. En algunos lugares donde se han refugiado los afectados pueden encontrarse hasta 1.500 personas durmiendo a veces fuera en tiendas o al aire libre, expuestos a nuevas agresiones. La gente nos cuenta que no se siente segura en estos lugares y nuestros equipos han sido testigos de intimidaciones e intentos de violencia, afirma Rachel Cohen, jefe de misión de MSF en Suráfrica. Estas personas necesitan protección y asistencia adecuada y organizada por parte de las autoridades locales y los actores internacionales relevantes.
MSF quiere expresar su gran preocupación por la situación así como por la protección de los inmigrantes desplazados y refugiados en Johannesburgo que temen por sus vidas y no tienen a donde ir en medio de una crisis que se deteriora con gran rapidez.
MSF trabaja en Johannesburgo desde diciembre de 2007 proporcionando acceso a la atención médica a la población de Zimbabwe que busca refugio en la Iglesia Metodista Central y las zonas colindantes. MSF también trabaja en Musina, en la frontera con Zimbabwe en la provincia de Limpopo, proporcionando atención primaria de salud en granjas comerciales y en el municipio de Musina.