Este martes 15 de abril se cumplen dos años de guerra civil en Sudán entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS). 6 de cada 10 habitantes del país necesitan ayuda humanitaria.
Se trata de la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de trece millones de personas obligadas a abandonar sus hogares. Uno de cada cuatro habitantes ha sido desplazado: 8,9 millones siguen dentro del país y 3,9 millones han cruzado a países vecinos, según Naciones Unidas.
Violencia extrema, crisis humanitaria y silencio internacional
El conflicto entra en su tercer año marcado por la violencia indiscriminada, los desplazamientos masivos, la escasez de alimentos, crisis sanitarias simultáneas y una atención médica limitada ante el abandono por parte de la comunidad internacional.
En muchas partes del país, la presencia humanitaria internacional sigue siendo limitada o inexistente. La respuesta humanitaria en Sudán no está ni de lejos a la altura de las necesidades y está gravemente infra financiada.
Durante los dos últimos años, tanto las FAR como FAS han bombardeado repetida e indiscriminadamente zonas densamente pobladas. Las FAR y las milicias aliadas han desatado una campaña de brutalidad, que incluye violencia sexual sistemática, secuestros, asesinatos en masa, saqueo de ayuda y ocupación de instalaciones médicas. Ambos bandos han asediado ciudades, destruido infraestructuras vitales y bloqueado la ayuda humanitaria.
Instalaciones sanitarias destruidas

Más del 70% de los centros de salud de las zonas afectadas por el conflicto apenas están operativos o están completamente cerrados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo que deja a millones de personas sin acceso a atención crítica.
Desde que empezó la guerra civil en Sudán, hemos registrado más de 80 incidentes violentos contra nuestro personal, infraestructuras, vehículos y suministros y los centros sanitarios a los que damos apoyo. Las clínicas han sido saqueadas y destruidas, los medicamentos robados y el personal sanitario agredido, amenazado y asesinado.
“En estos dos años, el conflicto en Sudán se ha caracterizado por el desprecio a la vida de la población civil y de los trabajadores sanitarios, y a la integridad de las instalaciones médicas. Las necesidades médicas están estrechamente relacionadas con el conflicto, heridos de guerra (hemos tratado a más de 12.000 pacientes -entre ellos mujeres, niños y niñas- por traumatismos directamente derivados de ataques violentos), pero también con la falta de acceso a la atención sanitaria y a las condiciones generadas por la guerra civil en Sudán y el desplazamiento. Estamos viendo muchos casos de desnutrición, sobre todo en niños menores de cinco años y en embarazadas»
Mercè Rocaspana, responsable médica para Sudán.
Epidemias, hambre y abandono: el sistema de salud colapsa en medio de la guerra civil en Sudán

«Los brotes de sarampión, cólera y difteria se están extendiendo, impulsados por las malas condiciones de vida y la interrupción de las campañas de vacunación. Estas crisis agravadas reflejan no solo la brutalidad del conflicto, sino también las nefastas consecuencias del desmoronamiento del sistema público de salud y del fracaso de la respuesta humanitaria»
Marta Cazorla, nuestra coordinadora de Emergencias en Sudán.
Toda la región de Darfur se enfrenta a un fuerte aumento de casos sospechosos de sarampión. Se trata de una tendencia que nuestros equipos han observado en la mayoría de las localidades donde trabajan.
En Forbrenga (Darfur Occidental), nuestros equipos instalaron una sala de aislamiento con diez camas para hospitalizar a los casos más graves. En solo una semana, tuvieron que duplicar la capacidad.
Estas explosiones de casos de una enfermedad prevenible mediante vacunación son una prueba más del terrible impacto del conflicto en el sistema sanitario. Afectan la disponibilidad de vacunas y la posibilidad de suministrarlas a través de fronteras y frentes de batalla.
¿Cuál es la situación particular de las mujeres embarazadas?
La guerra civil en Sudán afecta especialmente a las mujeres embarazadas por la falta de acceso a la atención sanitaria. El conflicto en curso tiene profundas repercusiones en la salud de las embarazadas y sus bebés.

Mariam llevó a su hija Fatna al hospital de MSF tras notar que tenía dificultades para respirar. Gracias a la atención médica, Fatna está mejor, aunque aún permanece en observación. Mariam sigue sin noticias de su marido, atrapado en Darfur desde el inicio del conflicto, y está muy preocupada por él.
© Timothée Bouvet/MSF
Muchas embarazadas llegan desnutridas a los hospitales, lo que a menudo provoca partos prematuros y desnutrición. En octubre, en dos centros que apoyamos en Nyala, capital de Darfur Sur, el 26% de las mujeres embarazadas y lactantes que buscaban atención estaban gravemente desnutridas.
Desnutrición

La mitad de la población de Sudán se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda.
De ese total, 8,5 millones de personas están en una situación de emergencia o cercana a la hambruna, según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases (CIF).
En ningún otro lugar del mundo la gente pasa hambre a esta escala. Y la situación sigue extendiéndose.
Según Naciones Unidas, Sudán es el único país donde se ha declarado oficialmente la hambruna en varios lugares. Sin una intervención humanitaria urgente, cientos de miles de vidas corren peligro.
Hemos alertado de preocupantes tasas de desnutrición en múltiples áreas, tanto durante la temporada de escasez del año pasado como en fechas recientes. Estos datos reflejan la profundidad de la crisis de desnutrición:
- En marzo, apoyamos campañas de vacunación multiantígeno para niños y niñas menores de dos años en el sur de Darfur.
Los más de 17.000 menores vacunados fueron sometidos a cribado nutricional: el 7% tenía desnutrición aguda severa y el 30% desnutrición aguda global. - En diciembre, en Tawila (norte de Darfur), examinamos a más de 9.500 niños y niñas menores de cinco años.
Detectamos una desnutrición aguda global del 35,5% y un 7% con desnutrición aguda grave. - En septiembre, el 34% de los 29.300 menores examinados en una campaña en el campo de Zamzam sufría desnutrición aguda.
Zamzam fue el primer lugar donde se declaró la hambruna en agosto del año pasado.
Desde entonces, la hambruna se ha extendido a otras diez zonas y otras 17 regiones están al borde.
Es necesario garantizar el acceso humanitario y proteger a la población civil

La crisis de desnutrición provocada por la guerra civil en Sudán se ha visto agravada por la obstrucción constante de la ayuda por parte de ambos bandos beligerantes en Sudán. También ha influido la inoperatividad de Naciones Unidas y del sistema de ayuda humanitaria en Darfur.
“La magnitud de la crisis es de tal nivel que se requiere una escalada de toda la ayuda humanitaria. Para ello, las agencias de Naciones Unidas y organismos internacionales deben aumentar su financiación y su respuesta y las partes beligerantes permitir el acceso y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios y de los suministros”
Mercè Rocaspana, responsable médica para Sudán.
Desde MSF, reiteramos nuestro llamado urgente a las partes en conflicto y a sus aliados. Deben garantizar la protección de la población civil, del personal humanitario y sanitario, y levantar de inmediato las restricciones que impiden el paso de ayuda.
Esto es fundamental para que los suministros y el personal lleguen a quienes más lo necesitan, especialmente ahora que se acerca la temporada de lluvias. Este período coincide con los mayores picos de desnutrición del año, lo que agrava aún más la emergencia.