La situación humanitaria sigue deteriorándose en Irak. Las personas desplazadas por la violencia se enfrentan a su tercer verano en condiciones muy duras. Mientras tanto, más personas se ven obligadas a huir de sus hogares como resultado de la reanudación de los combates. La crisis humanitaria está siendo impulsada por el conflicto en la región, magnificada por la inestabilidad política y la severa crisis económica, que está erosionando aún más la frágil infraestructura de Irak y sus servicios, ya debilitados por años de violencia.
Hay más de 3.3 millones de iraquíes desplazados en todo el país y el número de personas afectadas por el conflicto sigue aumentando, lo que provoca un aumento de la tensión en las comunidades de acogida que ya se encuentran en situación precaria. Además, desde 2012, el Kurdistán iraquí está acogiendo a otros 250.000 refugiados que huyeron de Siria.
Las necesidades humanitarias son más urgentes en las zonas exteriores del Kurdistán iraquí, pero la respuesta internacional en estas áreas se ve obstaculizada por una situación de seguridad muy volátil. Además, los actores estatales se han centrado principalmente en la realización de intervenciones militares, en lugar de humanitarias, lo cual ha provocado que aún más gente deba desplazarse de las zonas densamente pobladas.
En estas zonas, que han sido retomadas por las fuerzas iraquíes, incluyendo Tikrit, Diyala, Ramadi y partes de la gobernación de Nínive, los desplazados están siendo alentados a regresar a sus hogares. Sin embargo, la mayoría de las ciudades y pueblos han sufrido altos niveles de destrucción durante el conflicto y ahora los servicios básicos están cubiertos solo parcialmente, mientras que la reconstrucción no está todavía en curso.
Para las personas desplazadas que viven en zonas inestables, a menudo cerca de la línea de frente, el acceso a la asistencia sanitaria está resultando cada vez más difícil. Viajar a través de zonas altamente militarizadas requiere un permiso, mientras que los hospitales de las áreas controladas por el gobierno están cobrando a los pacientes, lo que los deja fuera del alcance para personas que han perdido sus medios de vida, no pueden encontrar trabajo y han gastado sus ahorros.
Respuesta de refuerzo de Médicos Sin Fronteras
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado aumentando constantemente su respuesta con personal iraquí e internacional en 11 gobernaciones. Proporciona de manera gratuita atención sanitaria básica, servicios de salud mental y artículos de primera necesidad a las familias desplazadas, los repatriados, las comunidades de acogida empobrecidas y los refugiados sirios.
MSF está utilizando un enfoque flexible que le permite desplegar equipos médicos móviles de acuerdo a los movimientos de población y las necesidades de las personas, con especial atención en aquellos que no pueden acceder a la atención médica debido a que sus desplazamientos están restringidos o porque carecen de los medios financieros para viajar o pagar los servicios. Nuestros equipos médicos también pueden proporcionar a los pacientes documentos de derivación médica para obtener tratamiento hospitalario para que puedan viajar a través de las zonas altamente militarizadas.
MSF también está aumentando su capacidad para proporcionar primeros auxilios de salud mental a un número creciente de pacientes que se han visto traumatizados por la violencia recurrente, que han estado sobreviviendo en condiciones muy duras durante meses, o incluso años, o que han vivido con miedo frente a un futuro incierto.
Clínicas móviles sobre la línea del frente
En las zonas militarizadas cerca de la primera línea de los combates en la gobernación de Nínive, donde la lucha destruyó la mayor parte de la infraestructura médica, los equipos móviles de MSF están proporcionando atención médica general y servicios de salud mental para las personas desplazadas, los repatriados y las comunidades locales sin recursos. Otros equipos de MSF están proporcionando servicios similares en varios lugares entre Kirkuk y Tuz Khurmato.
Apoyo a las clínicas para cubrir necesidades de la nueva ola de desplazados
Después de que las operaciones militares comenzaran en marzo en el distrito de Makhmour de la gobernación de Erbil, al sur de Mosul, MSF ha aumentado sus servicios de salud mental y física para cubrir las necesidades de una nueva ola de desplazados. En la gobernación de Diyala, MSF ha estado trabajando en los campos de los alrededores de Khanaqin, y en ciudades como Jalawla y Saadiya, proporcionando un servicio combinado de promoción de la salud, salud mental, salud reproductiva y atención primaria, extensión a la comunidad y servicios educativos psicosociales y proyectos de agua y saneamiento.
Un equipo de MSF también está ayudando a las autoridades sanitarias en la sala de urgencias del hospital y el centro de atención primaria de Saadiya con el control de enfermedades crónicas, servicios de salud mental y actividades de promoción de la salud. En las gobernaciones de Karbala, Nayaf y Babil, MSF lleva a cabo programas de salud mental para personas desplazadas en 14 áreas diferentes, y presta atención psicológica a las personas que viven en los campos y fuera de ellos. MSF también ha llevado a cabo la distribución de artículos de primera necesidad, como mantas, colchones y kits de higiene a las familias recientemente desplazadas en las gobernaciones de Karbala y Babil. Los equipos de MSF también apoyaron la distribución de agua potable a las personas desplazadas en el campo de Karbala mediante un sistema de mototaxis y vales.
En respuesta a las necesidades masivas en el distrito de Abu Ghraib en la gobernación de Bagdad, una zona empobrecida e inestable al oeste de la capital iraquí donde se alojan unas 25.000 familias desplazadas y muchas otras están llegando de Faluya, MSF ha intensificado sus actividades médicas de todo el año, con la apertura de una clínica fija en febrero. Otro equipo médico está proporcionando asistencia sanitaria básica en el puente de Bzeibiz, en el límite con la gobernación de Anbar, a 7.000 personas que viven en campos. Los equipos de MSF también están desplegando actualmente clínicas móviles para prestar servicios médicos básicos a las familias desplazadas que huyen de Faluya.
Apoyo a hospitales
En la gobernación de Sulaymaniyah, MSF está colaborando con las autoridades sanitarias en el hospital de emergencia de Sulaymaniyah, proporcionando formación práctica para mejorar la calidad de los servicios médicos en la unidad de cuidados intensivos y la sala de urgencias, y haciéndose cargo del pago de incentivos para cubrir la falta de personal. En el hospital de Jalawla de la gobernación de Diyala, uno de los principales centros de salud de la región, que ha sido gravemente dañado por los combates, un equipo de MSF ha llevado a cabo trabajos en el sistema de almacenamiento del agua del edificio y el cableado eléctrico.
MSF también sigue prestando asistencia en el hospital de mujeres de Sheray Naqib en Kalar ofreciendo medicamentos y el pago de incentivos, además de proporcionar una formación intensiva de tres meses para matronas y personal de sala de partos.
Atención a refugiados sirios en el kurdistán iraquí
MSF continúa proporcionando tratamiento para las enfermedades crónicas, la salud mental y la atención sexual y reproductiva a los refugiados sirios en el campo de Domiz, Kurdistán iraquí, y garantiza un lugar seguro a las mujeres que dan a luz en su unidad de maternidad, que se abrió en 2014. Psicólogos y psiquiatras de MSF también están proporcionando servicios de salud mental disponibles para los refugiados sirios en los campos de Kawargosk, Gawilan y Darshakran.
Hospital de cirugía reconstructiva de Médicos Sin Fronteras en Jordania
Desde agosto de 2006, una red de médicos iraquíes ha estado derivando a las víctimas de violencia de todo Irak al hospital de cirugía reconstructiva de MSF en Ammán, Jordania. El equipo quirúrgico está especializado en cirugía de alta complejidad que requiere múltiples etapas de tratamiento, en particular cirugía maxilofacial (que se ocupa de la cabeza, el cuello, la cara, la mandíbula y los senos paranasales), cirugía ortopédica y cirugía reconstructiva para pacientes con quemaduras graves. Los pacientes también reciben fisioterapia y apoyo psicosocial.