La cifra de muertos en el ataque del pasado miércoles al hospital de Al Quds (en Alepo), apoyado por Médicos Sin Fronteras, ha aumentado a 55. En las últimas horas se han recuperado varios cuerpos más bajo los escombros del hospital y también han aparecido cadáveres bajo los restos de otros edificios aledaños. También ha aumentado la cifra de fallecidos entre los trabajadores del mismo; ahora mismo son seis: un pediatra, un dentista, dos enfermeros, un técnico y un guarda.
El hospital tardará como mínimo dos semanas en poder abrir sus puertas de nuevo. De momento los esfuerzos están centrados en reparar y rehabilitar lo poco que ha quedado en pie. La sala de urgencias y el laboratorio han quedado totalmente destrozados, incluyendo la destrucción de equipo esencial y medicamentos. La unidad pediátrica ha quedado también destrozada, incluyendo la pérdida de siete incubadoras. La unidad de cuidados intensivos ha sufrido menos desperfectos, pero aun así requerirá un gran esfuerzo para devolverla a pleno funcionamiento. Médicos Sin Fronteras (MSF) prestará su apoyo para que el hospital vuelva a estar operativo de nuevo lo antes posible. Tanto en lo que se refiere a las necesidades más urgentes como las de largo plazo.
La población de Alepo está aterrada, las escuelas están cerradas y las calles desiertas. Las familias se refugian en los sótanos. La mayoría está atrapada y depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
“Los bombardeos siguen afectando a hospitales y áreas civiles y no queda nadie en las calles. La gente se ha quedado atrapada en esta pesadilla y muchos dependen de la ayuda humanitaria para salir adelante. No tienen recursos suficientes para escapar. Su única opción es quedarse y morir”, explica Muskilda Zancada, coordinadora de proyectos de MSF en Siria. Los bombardeos no se han limitado a hospitales y barrios residenciales, sino que también han afectado a los almacenes donde se guardan las donaciones de medicamentos y equipos quirúrgicos para posterior distribución. Entre los almacenes destruidos se encuentran los del Pre Hospital gestionado por la Dirección de Salud de Alepo, al que MSF apoya con suministros. Estos ataques también han causado muertes entre la población civil y han destruido ambulancias y equipo de emergencia.
“La ONU ha aprobado hoy una resolución crítica para garantizar el respeto a la asistencia médica, pero aquí el diálogo de paz sigue pendiente. Yo me pregunto: ¿qué se está haciendo para detener esta carnicería?, ¿qué se hace para salvar lo que queda de Alepo y asegurar que los civiles pueden protegerse de los ataques?”, concluye Zancada.