Aumento de malaria en Chad: una urgencia evitable

Aunque los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) responden con urgencia a un pico de malaria particularmente severo en algunas regiones de Chad, los primeros resultados de la campaña de prevención que realizan en el sur del país son espectaculares. Un 70% menos de casos, tras la distribución del tratamiento preventivo, constituye una verdadera esperanza […]

Aunque los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) responden con urgencia a un pico de malaria particularmente severo en algunas regiones de Chad, los primeros resultados de la campaña de prevención que realizan en el sur del país son espectaculares. Un 70% menos de casos, tras la distribución del tratamiento preventivo, constituye una verdadera esperanza en la lucha contra la malaria, primera causa de mortalidad en niños de menos de cinco años en Chad.

Desde el mes de julio, MSF atendió más de 40.000 nuevos casos de malaria en Am Timan, en el sudeste del país; y en Massakory, en el oeste. “En el hospital de Massakory, registramos entre 20 y 40 admisiones por día de pacientes afectados de malaria” explica Letizia Becca, coordinadora médica en Chad. “Además de un fuerte aumento de los casos, es sobre todo su severidad lo que resulta inquietante, entre los adultos y los adolescentes –algo que no había visto jamás – como así también entre los niños, que son los más afectados”.

Cuando se asocia a otra enfermedad, como la desnutrición infantil, la malaria puede ser fatal. “Mi hijo tiene seis meses. Cuando las enfermeras de MSF pasaron por nuestro pueblo me dijeron que si mi hijo tiene fiebre, posiblemente es a causa de la picadura de los mosquitos. Así, cuando mi hijo se enfermó, fui al centro de salud del pueblo y me enviaron aquí”, cuenta Florence en la unidad de malaria administrada por MSF en Moissala. “Mi hijo está mejor y yo estoy aliviada”, confía ella.

Más allá de la atención a los pacientes, MSF debió desplegar medios considerables para hacer frente a la crisis: aprovisionamiento de los centros de salud periféricos con tratamientos y pruebas de diagnóstico rápido, clínicas móviles para alcanzar las regiones más aisladas y una campaña de sensibilización a través de las radios comunitarias.

No obstante, si estas intervenciones permiten reaccionar eficazmente ante la urgencia, la quimio-profilaxis estacional (CPS) demuestra hoy que, sobre todo, es posible evitarla. La CPS consiste en administrar a los niños de menos de cinco años, por vía oral, una combinación de medicamentos antipalúdicos, durante la estación de alto riesgo de transmisión de la malaria. Unos 50.000 niños se beneficiaron de la CPS este año, en el sur de Chad. “La CPS permite reducir el número y la gravedad de los episodios de malaria entre los niños y, en consecuencia, evitar que se hundan en un estado demasiado crítico y potencialmente fatal”, explica Alain Camp, jefe de misión MSF en Chad. “Un 70% menos de casos de malaria de una semana a la otra tras de la distribución del tratamiento, es un resultado espectacular y muy alentador”, concluye.

Especialmente, desde que el Programa Nacional de Lucha Contra la Malaria ha puesto en marcha esta estrategia en cuatro distritos sanitarios. Ante el azote que representa la malaria en Chad, es indispensable alentar a las autoridades a extenderlo al conjunto del territorio. MSF llama a los donantes a sostener el ministerio de salud de Chad y a sus colaboradores, haciendo de la CPS la prioridad de la financiación en la lucha contra la malaria en Chad en 2014.

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MSF interviene en Chad desde hace más de treinta años y actualmente conduce proyectos regulares en Abéché, Am Timan, Massakory y Moissala. MSF pone en marcha la quimio-profilaxis estacional dla malaria en Chad, en Malí y en Níger.

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