Luego del incendio ocurrido la noche del domingo 27 de enero en un club nocturno de la localidad brasilera de Santa María, en el que murieron 231 personas, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) recibió un pedido de la Secretaría Estatal de Salud para ofrecer apoyo en el área de salud mental a los profesionales de la red pública y voluntarios que irán a atender a los familiares de las víctimas y sobrevivientes del desastre. Esa misma noche, dos psicólogas de la organización con experiencia en atención a víctimas de desastres naturales y humanos, viajaron a la localidad de Santa María, en el estado de Río Grande do Sul.
En total serán capacitados unos 100 psicólogos provenientes de diferentes estados, como Río Grande do Sul, y también Pernambuco, Río de Janeiro, Pará y Amazonas. Desde que llegamos aquí, en la madrugada del lunes, comenzamos a hacer reuniones y el equipo ya está en actividad, trabajando sin parar, cuenta Débora Noal, una de las psicólogas de MSF. Explica que en las primeras reuniones trataron la estrategia a seguir, y luego pasaron a discutir aspectos más técnicos, enfocándose principalmente en la práctica de la atención.
Tratamos de diferenciar la psicología clínica de la humanitaria, trabajando sobre la percepción de sutilezas, como la forma de acercarse a la gente. Noal añade que es fundamental asegurar que las familias sean bien atendidas, pero que la oferta de cuidados no sea excesiva, para no desgastarlas. Para evitar que eso ocurra, hay que monitorear la red de cuidados para que los psicólogos sepan que personas fueron atendidas y qué tipos de cuidados recibieron.
Se espera que las psicólogas de MSF permanezcan en Santa María hasta el final de la semana, brindando asesoría técnica a los equipos que entrenaron.