Médicos Sin Fronteras está movilizando recursos significativos para apoyar a las autoridades congolesas en su campaña a gran escala para combatir la fiebre amarilla. El objetivo común, vacunar a 10,5 millones de personas en los próximos 10 días.
En concreto, MSF está organizando el trabajo de 100 equipos de 16 personas que cubren tres zonas sanitarias de Kinshasa, la capital de República Democrática del Congo (RDC).
Así, 58 trabajadores internacionales y 103 empleados nacionales de MSF se encargarán de gestionar la campaña para vacunar a la población de la ciudad: 760.000 personas, es decir, un 10% de los 7,5 millones de personas afectadas.
Ante tal desafío, MSF ha desplazado al lugar a profesionales internacionales de 19 países y ha desplegado por toda RDC a docenas de sus empleados congoleses que trabajan en los proyectos regulares de MSF.
Además, 1.600 personas del Ministerio de Salud de RDC trabajarán en colaboración con nuestros equipos en tres zonas sanitarias, incluyendo al personal de enfermería que aplicará las vacunas.
Una campaña de vacunación de esta escala conlleva desafíos logísticos como gestionar los movimientos de una flota de 65 vehículos en vecindarios densamente poblados y, en especial, garantizar que la cadena de frío funcione adecuadamente. Todos los días, los equipos tienen que reponer en distintos puntos 4. 000 paquetes de hielo y sus hieleras.
“Considerando que existe una vacuna segura y efectiva, esta campaña es un paso esencial para contener la propagación del virus, y la vigilancia seguirá siendo crucial durante los próximos meses”, explica Axelle Ronsse, coordinador de emergencia de MSF.
Más de un millón de congoleses vacunados
MSF ha estado presente en RDC desde que comenzó la epidemia. Actualmente, trabaja en las provincias de Kinshasa y Kwango, cerca de la frontera con Angola. La organización ya vacunó a toda la población de la ciudad de Matadi (370.000 personas) en apoyo al Ministerio de Salud de RDC. Entre las campañas de vacunación en Matadi y Kinshasa, la organización proporcionó 2,4 millones de euros para vacunar a más de un millón de congoleses en contra del mortal virus.
Además, MSF realiza el manejo de los casos confirmados y sospechosos de fiebre amarilla y organiza actividades de control vectorial para controlar la presencia de mosquitos, transmisores del virus de la fiebre amarilla.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde que comenzó la epidemia en África central en enero de 2016, Angola registró 879 casos confirmados y 119 muertes a causa del virus, mientras que RDC registró 74 casos confirmados y 16 muertes.
La fiebre amarilla no tiene cura y el único tratamiento que existe se limita a aliviar los síntomas. La enfermedad mata entre el 15% y el 50% de las personas que desarrollan una forma severa de la enfermedad. La vacunación es la mejor defensa contra la enfermedad.