Tras evaluar las necesidades humanitarias de las víctimas de la avalancha ocurrida el pasado 1 de abril en Mocoa, en el departamento de Putumayo, en el sur de Colombia, nuestros equipos médicos ya están ofreciendo apoyo psicosocial y atención médica a los damnificados.
El albergue las Américas, habilitado para la asistencia de las víctimas en la zona, busca atender y proteger a cientos de familias y personas que lo han perdido todo.
Allí, nuestros médicos y psicólogos llevan a cabo consultas en salud primaria, priorizando la atención de grupos vulnerables, mujeres y niños. En los dos primeros días, hemos realizado 37 consultas médicas y se han proporcionado medicamentos.
La atención en salud mental se realiza en este mismo albergue, pero también en barrios y veredas donde las víctimas se han podido refugiar a raíz del desastre natural.
En concreto, nuestros psicólogos trabajan con la comunidad a través de actividades psicosociales grupales y consultas individuales. El objetivo, que las víctimas puedan paliar la pérdida de sus seres queridos y sus hogares, y restablecer la normalidad a pesar de la avalancha, que destruyó más de 17 barrios en la zona.
Miedo y preocupación
“Están continuamente preocupadas por la pérdida de sus familiares y de bienes personales, y tienen un miedo persistente ante la posibilidad de un nuevo desastre natural”, comenta Laura Garzón, una de nuestras psicólogas del equipo de emergencias en la zona.
Durante los primeros días, proporcionamos 10 consultas psicológicas individuales y brindamos asistencia grupal a 80 personas mediante charlas sobre prevención de violencia sexual y prácticas de autocuidado en los albergues.
Para los familiares de las personas fallecidas o desaparecidas, ofrecemos primeros auxilios psicológicos, atención en crisis y contención emocional.
A lo largo de esta semana, hemos formado en el terreno un equipo de colaboradores compuesto por un médico, un enfermero, tres psicólogos y varios coordinadores y logistas.
De momento, el número de muertos y desaparecidos sigue en aumento, según los últimos informes oficiales. Hasta el jueves 6 de abril, se contaban 293 muertos, 332 heridos y más de 3.000 familias afectadas.
En los próximos días, nuestros equipos seguirán evaluando en los albergues las necesidades de los damnificados aún sin atender y supervisando posibles brotes epidémicos fruto de las malas condiciones de higiene y la falta de agua potable.
Reacción inmediata
En la madrugada del sábado 1 de abril, las fuertes lluvias provocaron los desbordamientos de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, lo que causó varias avalanchas en diversos sectores de la localidad de Mocoa. El desbordamiento de estos tres ríos desencadenó una avalancha de lodo y piedras que causó la destrucción de varios barrios.
Durante las primeras horas después del desastre natural MSF envío un equipo de respuesta a emergencias que se desplazó desde diferentes puntos de Colombia, donde la organización proporciona, desde hace 15 años, atención en salud primaria, mental y atención integral a víctimas de la violencia sexual del conflicto armado y de la violencia en poblaciones aisladas de veinte departamentos del país.