En las últimas semanas, la organización ha tenido que reducir su asistencia médica a la población afectada por el conflicto.
Desde los acontecimientos de principios de julio relacionados con el falso uso de la identidad humanitaria por parte del Ejército colombiano por la utilización del logo del CICR en la liberación de los secuestrados, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) se han visto forzados a cancelar o posponer sus clínicas móviles en numerosas zonas rurales de Colombia. Esto ha tenido un impacto negativo directo sobre la población civil que vive en las áreas afectadas por el conflicto, como algunos municipios de los departamentos de Nariño, Tolima, Guaviare y Cauca. La organización médico-humanitaria ha perdido el acceso a un tercio de las zonas donde trabaja, lo que supone que se han dejado de hacer unas 300 consultas médicas por semana.
MSF quiere expresar su profunda preocupación por el mal uso de la identidad de una organización humanitaria en una operación dirigida por una fuerza militar. Este tipo de actos puede provocar confusión por parte de la población civil y los grupos armados, además de poner en tela de juicio la naturaleza independiente, imparcial y neutral inherente al trabajo humanitario y afectar a la seguridad de los trabajadores humanitarios.
Estamos muy preocupados por las consecuencias que este tipo de confusión puede tener en la seguridad de nuestros equipos en el terreno y sobre nuestra capacidad de acceder a la población civil en zonas aisladas por el conflicto, declara David Cantero, coordinador general de MSF en Colombia. Ante esta situación, queremos insistir en que nuestra acción es totalmente independiente de los intereses y actividades de gobiernos, militares y grupos armados. MSF insiste en tener acceso sin impedimentos a los comunidades civiles que necesitan nuestra asistencia médica. MSF no tuvo conocimiento ni participó en modo alguno en la liberación de los secuestrados el 2 de julio.
Las personas que viven en el área rural de Colombia son especialmente vulnerables y sufren las consecuencias del conflicto armado, tales como: la falta de acceso a los servicios básicos de salud, la escasez de alimentos y/o el confinamiento. Para paliar las consecuencias de esta crisis humanitaria, los equipos de MSF trabajan en 14 departamentos del país proporcionando atención médica a la población sin acceso a los servicios sanitarios. Durante el 2007, MSF llevó a cabo 101.000 consultas médicas y 17.000 consultas psicológicas.
Para poder seguir asistiendo a esta población vulnerable, MSF pide que se respete la independencia de la acción humanitaria.
Médicos Sin Fronteras trabaja en Colombia desde 1985 ofreciendo atención médica y psicológica, así como servicios de orientación y apoyo a miles de personas afectadas por el conflicto. La organización también responde puntualmente a epidemias o catástrofes naturales. Actualmente, alrededor de 280 personas trabajan en los proyectos que MSF lleva a cabo en 14 departamentos colombianos.