Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos estado trabajando durante los últimos 15 días para responder a la pandemia del nuevo coronavirus COVID-19 declarada recientemente en Costa de Marfil.
Las primeras actividades se establecieron en Abidjan y Bouake. Costa de Marfil registra 80 casos (al 26 de marzo, según la OMS) y aún no ha alcanzado la etapa de transmisión local, pero las autoridades de Costa de Marfil han tomado rápidamente medidas para restringir el movimiento de la población, como lo han hecho la mayoría de los países vecinos.
Con el cierre de las fronteras y la reducción de vuelos en todo el mundo, los aeropuertos se han convertido en puntos donde la vigilancia está al máximo en los últimos días para contener la afluencia de nuevos casos. En Abidjan, MSF apoyó al Ministerio de Salud en un centro de tránsito para detectar y derivar a personas con síntomas del nuevo coronavirus COVID-19 al centro de atención.
Durante el transcurso de cuatro días, un médico de MSF y dos enfermeras examinaron a más de 800 pasajeros de Europa, Asia y los Estados Unidos para identificar a quienes podrían tener síntomas de coronavirus. El equipo también estableció el sistema de higiene e informó a los pasajeros acerca de la necesidad de aislarse y las medidas a adoptar en el hogar para limitar el riesgo de transmisión a otros.
Los equipos de MSF también están presentes en Bouake, la segunda ciudad más grande del país, para evaluar la capacidad de tratamiento de los pacientes en caso de que estalle el coronavirus en esta parte del país, y a algunos casos sospechosos ya se les ha hecho pruebas en los últimos días. Están en curso actividades de capacitación para el personal sanitario y de detección en los diferentes puntos de entrada a la ciudad.
También se están implementando actividades de agua y saneamiento, se han establecido puntos de lavado de manos en seis centros de salud, así como en el centro hospitalario universitario, con el fin de implementar medidas de barrera necesarias para contener una epidemia, particularmente en instalaciones médicas. En los próximos días, se desarrollará una unidad de hospitalización con capacidad de 10 camas para la atención de pacientes potenciales.
«Bouake se encuentra en la carretera que conecta con la frontera de Burkina Faso y Mali. Con la evolución actual de la situación en Burkina Faso, es vital asegurar una presencia allí para poder reaccionar rápidamente si se confirma un caso y cortar rápidamente la cadena de transmisión. Para lograrlo es necesario prepararse para el tratamiento de los pacientes, para garantizar la protección del personal sanitario, pero también y sobre todo para invertir en la sensibilización de este tema en la población», explica Abdoul-Aziz Mohamed , director ejecutivo de MSF para África Occidental y Central en Abidjan.
También se planea una serie de sesiones de capacitación para trabajadores de la salud en Bouaké y Abidjan, para formarlos en cuestiones de medidas preventivas y tratamiento de pacientes.
¿Cuáles son las prioridades actuales?
En Costa de Marfil, al igual que en otros lugares, la habilidad para realizar pruebas es el mayor obstáculo para una respuesta rápida. Por lo tanto, es vital aumentar la sensibilización entre la población sobre reglas básicas de higiene y cómo respetarlas, así como las medidas necesarias para crear barreras que impidan la transmisión.
«Nos preocupan las medidas que se están tomando en los países de África occidental y las posibles consecuencias negativas que tendrán en las poblaciones. Entendemos que las medidas son esenciales hoy en día para ayudar a detener la propagación del coronavirus, pero es probable que a largo plazo exacerben las dificultades de acceso a los servicios de salud para personas que ya se encuentran en condiciones vulnerables.
También reducirán la capacidad de las estructuras de salud para responder a las ya numerosas enfermedades mortales en la región, particularmente debido a la falta de medicamentos, pues más de la mitad de los suministros del continente son importados”, continúa Abdoul Aziz Mohamed.
En los últimos días, la prioridad de MSF ha sido mantener sus actividades en funcionamiento en los países donde trabaja, y coordinar con las autoridades sanitarias locales para ofrecer apoyo en prevención y cuidado de pacientes.
En otras partes de África Occidental, MSF está en discusiones con las autoridades sanitarias y la OMS para apoyar la respuesta, particularmente en Senegal y Burkina Faso, mientras que en otros países de la región los riesgos de la epidemia de COVID-19 están exacerbando la situación médico humanitaria en contextos que ya están debilitados por el conflicto armado y el desplazamiento de la población.