Miles de refugiados y migrantes continúan bloqueados en las proximidades de los pasos fronterizos de Hungría, Croacia, Serbia o Eslovenia, debido a los continuos cierres de fronteras y las limitaciones que han impuesto algunos de estos países.
En todos estos lugares, refugiados y migrantes se ven expuestos a situaciones que suponen una verdadera amenaza para su salud, ya que no les están proporcionando condiciones mínimas y básicas de asistencia y cobijo. A menos que se pongan en marcha urgentemente una serie de medidas de protección, miles de mujeres embarazadas, niños pequeños y personas mayores quedarán expuestos este próximo invierno a unas condiciones de vida enormemente difíciles, lo que hará que sus vidas corran un serio peligro.
Uno de los puntos donde se ha producido una mayor presión en los últimos días ha sido en localidad serbia de Presevo, cerca de la frontera con Macedonia. Los datos recogidos por Médicos Sin Fronteras (MSF) el pasado viernes 16 de octubre indicaban que un promedio de 5.000 personas pasaba por allí cada día. La mayoría de ellas permanecían haciendo cola, incluso bajo fuertes lluvias, durante días enteros sin el mínimo acceso a alimentación, agua, refugio o aseo.
«Durante las últimas semanas hemos atendido a niños muy pequeños con síntomas de hipotermia»,
afirma el Dr. Alberto Martínez Polis, coordinador médico de MSF en Serbia. «Han estado haciendo cola durante horas, a la intemperie, empapados y tiritando. No tenían ningún lugar para calentarse, secarse o cambiarse de ropa».
«La semana pasada también atendimos a pacientes por desmayos, algo que nunca antes habíamos visto en Presevo«, prosigue el doctor Martínez Polis. «En algunos casos, todo esto se debe a la presión de la multitud, o a la falta de dosis adecuadas de comida, bebida o sueño durante varios días. Nos explican que tienen miedo de dejar la cola, ya que podrían perder a su familia o su lugar en la fila y por eso no se mueven de su sitio. En otros casos, la respuesta a lo que les ocurre es tan simple como que
muchas de estas personas han llegado al límite de su resistencia”.
Los equipos de MSF en Serbia están atendiendo a más de 400 pacientes al día; las cifras han aumentado extraordinariamente durante las últimas semanas, al mismo tiempo que también ha aumentado el flujo de refugiados. La mayoría necesita tratamiento para problemas como la tos, resfriados, gripe, afecciones gastrointestinales y enfermedades cutáneas, que a menudo se dan como resultado de las condiciones a las que se enfrentan durante el viaje. Hay otros pacientes a los que se les brinda atención por enfermedades crónicas como la diabetes o el asma, o que presentan problemas cardíacos que no han sido atendidos de manera adecuada y que se han deteriorado en el transcurso del viaje. Los equipos también reciben casos graves que necesitan un tratamiento más avanzado. En los últimos días se han presentado varios pacientes con cáncer, linfomas y enfermedades cardíacas congénitas.
«Nuestros pacientes, entre los que se incluyen bebés con tan solo unas semanas de vida, ancianos y mujeres, a menudo en un estado muy avanzado del embarazo, ya están cansados y débiles cuando llegan a Serbia«, explica el coordinador general de MSF en Serbia, Stephane Moissaing. «La falta de servicios básicos para atenderlos tiene consecuencias reales y la situación será mucho más grave durante el próximo invierno. El número de personas que pasan cada día de Macedonia a Serbia es mucho mayor que el número de lugares acondicionados para recibirlos. Si se siguen produciendo bloqueos o retrasos, miles de personas quedarán de nuevo atrapadas, como ocurrió recientemente en la frontera de Croacia con Serbia. A menos que veamos una verdadera ampliación de los servicios,
existe la amenaza real de que miles de personas se expongan a condiciones potencialmente mortales durante este invierno».
Los inviernos serbios pueden ser terriblemente fríos, con temperaturas que pueden llegar a los -15 °C. Durante el año pasado, los equipos de MSF en Serbia atendieron a varias personas que habían sufrido congelaciones severas. Un paciente perdió parte de un pie y otros sufrieron desgarros en la piel al quitarse la ropa que tenían pegada a sus heridas. Aunque no puede predecirse el número de personas que cruzarán la frontera este invierno, los equipos de MSF se están preparando para atender a un gran número de pacientes. La organización está contratando a más personal médico, e igualmente se están aumentando las reservas de tiendas de campaña, kits de higiene, mantas, impermeables y ropa de invierno. Las condiciones de higiene tienden a deteriorarse durante el invierno porque los refugiados y migrantes apenas encuentran lugares para asearse y lavar la ropa, lo que conlleva un aumento de enfermedades cutáneas y de infecciones por piojos.
“Es cierto que desde julio se han observado mejoras en el paso entre Macedonia y Serbia, pero miles de personas vulnerables siguen estando expuestas a terribles sufrimientos durante su viaje por los Balcanes”, declara Aurelie Ponthieu, asesora humanitaria de MSF. “La falta de servicios básicos comienza a tener un impacto en la salud de los refugiados y de los migrantes, y la situación continuará empeorando a menos que se proporcionen rápidamente refugios apropiados, comida caliente y servicios higiénicos en los puntos de registro y de transporte.
No podemos esperar a que ocurra una tragedia. Se deben garantizar ya mismo unas condiciones de tránsito seguras y apropiadas y buscar soluciones que estén adaptadas al frío que se aproxima”.