El pasado viernes, ataques aéreos de las fuerzas sirias y rusas alcanzaron cuatro hospitales en el este de Alepo causando graves daños materiales e hiriendo, al menos, a dos médicos. Los bombardeos también terminaron con la vida del conductor de una ambulancia y destruyeron el vehículo.
Se trata de la peor jornada de bombardeos sufrida por el sistema de salud del este asediado de Alepo. Los ataques provocaron el mayor daño causado a instalaciones sanitarias por ataques aéreos sirios y rusos desde la ruptura del breve alto el fuego a finales de septiembre.
Este hecho se produce en medio de una intensificación de la campaña de bombardeos en el este de Alepo. En concreto, del 11 al 14 de octubre, al menos 62 personas han muerto y 467, entre ellas 98 niños, han resultado heridas, según la Dirección de Salud y el centro forense local. No obstante, las cifras de víctimas podrían ser mayores ya que muchas familias han enterrado a sus fallecidos ellas mismas en lugar de trasladar los cuerpos a los hospitales.
«La campaña de bombardeos indiscriminados ha dado un claro giro hacia peor», advierte Carlos Francisco, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Siria. «Uno de los hospitales golpeados el viernes sufrió daños materiales muy graves. Se trataba de un importante centro de trauma que ya había sido alcanzado tres veces en las últimas semanas. El ritmo de los ataques está ahogando la escasa capacidad de atención médica del sistema sanitario en una ciudad que se está desmoronando rápidamente, día tras día y hora tras hora.
Es evidente que al dañar los pocos lugares que quedan en pie donde se pueden salvar vidas, Siria y Rusia están asfixiando la vida del este de Alepo».
Según informes que MSF ha podido compartir con fuentes hospitalarias, durante el ataque del viernes, el encargado del almacén de uno de los hospitales sufrió quemaduras y dos médicos resultaron heridos.
Antes de la jornada del viernes, solamente quedaban en el este de Alepo 35 médicos para una población sitiada de alrededor de 250.000 personas. De ellos, siete son cirujanos con las habilidades necesarias para el tratamiento de heridos de guerra, según la Dirección de Salud.
Desde julio, cuando comenzó el asedio en el este de Alepo, los hospitales han sufrido 27 ataques. Ninguno de los centros ha quedado indemne durante ese periodo.
El bombardeo del viernes también destruyó totalmente una ambulancia de Al Sham Humanitarian Foundation (AHF), una ONG que proporciona ayuda médica a la población de Siria desde 2011. El impacto causó la muerte del conductor.
Según la Dirección de Salud, tras estos ataques, en la ciudad solo quedan 11 ambulancias operativas tras los ataques recientes y la falta de piezas de repuesto a causa del bloqueo.
De momento, varios voluntarios y ONGs como AHF están proporcionando un pequeño número de vehículos básicos para el transporte urgente de heridos. “Lo hemos dicho antes y lo diremos de nuevo: todas las partes en el conflicto deben permitir — ahora, antes de que sea demasiado tarde — una evacuación segura de los heridos graves y de los enfermos del este Alepo. También deben permitir la entrada de suministros médicos vitales para una población que no solo sufre por una continua lluvia de bombas, sino también por la ausencia de cualquier tipo de ayuda», subraya Pablo Marco, coordinador de Operaciones de MSF en Oriente Medio.
En MSF apoya ocho hospitales en el este de Alepo. La organización médico-humanitaria gestiona seis centros médicos en todo el norte de Siria y ofrece apoyo a más de 150 centros de salud y hospitales en todo el país, muchos de ellos en zonas sitiadas.