Médicos Sin Fronteras (MSF) ha instalado una unidad de aislamiento para los casos sospechosos en Guéckédou, en colaboración con el Ministerio de Salud, y actualmente está poniendo en marcha otra de las mismas características en la ciudad de Macenta, en la región Nzérékoré en el sur del país. «Las unidades de aislamiento son esenciales para prevenir la propagación de la enfermedad, que es altamente contagiosa,» dice la Dr. Esther Sterk, asesora en medicina tropical de MSF. «El personal especializado está facilitando atención a los pacientes con signos de infección.» Los equipos móviles también evalúan la situación en Kissidougou y Nzérékoré y realizan un seguimiento de los países vecinos, principalmente de Sierra Leona y Liberia, donde se han reportado casos sospechosos.
El equipo de emergencia de MSF también se centra, con la ayuda de la comunidad local, en la localización de personas que pueden haber sido infectadas por el contacto con enfermos de ébola ya identificados.
MSF ha enviado aproximadamente unas 33 toneladas de suministros a Guinea en dos vuelos chárter que han partido de Bélgica y Francia y que contienen medicamentos, material médico y los equipos necesarios para el aislamiento de los pacientes, la puesta en marcha de medidas de saneamiento en el lugar y la protección de sus equipos.
La epidemia de ébola declarada por el Ministerio de Salud el pasado 22 de marzo es la primera en afectar a Guinea. Las últimas cifras oficiales sitúan en 86 los casos sospechosos y en 59 muertes las muertes provocadas por esta enfermedad.
MSF trabaja en Guinea desde 2001 donde lleva a cabo proyectos para tratar el VIH/sida en Conakry y la malaria en Guéckédou y responde a emergencias que, en los últimos años han incluido epidemias de cólera y meningitis.