Gilles Pelissier, coordinador del proyecto y responsable de la seguridad de los equipos de MSF en Gaza. El pasado domingo Gilles esperaba el inminente anuncio de un nuevo alto el fuego mientras seguía con intensidad todas las informaciones relacionadas con las negociaciones que estaban teniendo lugar en El Cairo entre palestinos e israelíes.
Estábamos a la espera de la confirmación del acuerdo de alto el fuego. Hubo tres o cuatro ataques con misiles sobre la ciudad de Gaza, pero los vecinos consideraban que eso no era necesariamente una mala señal. Entonces, de repente, oímos una enorme explosión, apenas a 100 metros del hospital de Al Shifa. Me sorprendió mucho, ya que es raro que un misil caiga tan cerca; fue una deflagración muy fuerte. Inmediatamente avisé a todo el equipo de MSF para que se trasladaran a la habitación que habíamos habilitado como espacio de seguridad, situada en el centro de la planta baja del edificio donde viven y trabajan los equipos de la organización, a cinco minutos en coche de Al Shifa, el hospital más grande de la Franja de Gaza.
Esta habitación de seguridad tiene paredes gruesas y está bien protegida contra la metralla, pero, obviamente, no tiene la capacidad para soportar un bombardeo directo. La habitación es de fácil acceso para cualquier persona que trabaje en la planta baja o esté en las habitaciones del primer piso. Todo el personal de MSF sabe que, en caso de emergencia, es allí donde tiene que ir. Esta vez no estuvimos encerrados en la habitación de seguridad durante mucho tiempo. Un nuevo alto el fuego de 72 horas fue confirmada por los palestinos, y luego por los israelíes, pero la lucha continuó desde las ocho de la tarde -cuando se anunció el alto el fuego-, hasta que entró en vigor a partir de medianoche.
Desgraciadamente, el hecho de que haya intensos combates antes de un alto el fuego es algo bastante típico. Por experiencia, he observado que los bombardeos son particularmente fuertes en dos momentos: justo antes de que entre en vigor un alto el fuego y justo después de terminar. Cuando el segundo alto el fuego de 72 horas acabó, a las 8 de la mañana, las hostilidades se reanudaron de inmediato. Y la primera tregua duró apenas ocho minutos en lugar de las 72 horas que se habían anunciado. No hay respiro.
Esta explosión tan cercana al hospital de Al Shifa afectó a una fábrica de productos de limpieza y detergentes, ubicada justo detrás del centro. Muchos de los bomberos que acudieron a la fábrica inhalaron gases tóxicos pero en el hospital no recibimos ningún paciente herido. Comparado con los últimos días, la situación era relativamente tranquila, y el equipo quirúrgico de MSF se dedicó a hacer cirugía de reconstrucción.
La situación era similar para nuestro otro equipo de MSF que trabaja en el Hospital Nasser en Khan Younis, ubicado en el sur de la Franja de Gaza. Miyuki, un cirujano japonés y Kelly, una anestesista australiana, no tenían pacientes que necesitaran cirugía urgente. El bombardeo fue demasiado lejano para oírse y la zona estaba relativamente tranquila esa noche. Pero yo les aconsejé que no bajasen la guardia hasta que el alto el fuego fuese efectivo. Kelly, Miyuki y su intérprete palestino pasaron una segunda noche en el hospital Nasser porque pudimos encontrar una pequeña oficina cerca del quirófano que podía funcionar de dormitorio por la noche y de oficina durante el día. Mientras no había alto el fuego era demasiado peligroso hacer el viaje por carretera de 45 minutos de vuelta a la ciudad de Gaza. Pero hoy la calma ha vuelto con el alto el fuego y ya pueden regresar.»
