“Estamos alarmados por los recientes informes sobre las condiciones inseguras, insalubres e inhumanas en los centros de detención en Texas que albergan a migrantes y solicitantes de asilo, entre quienes hay cientos de niños. Los últimos testimonios en primera persona sobre estas condiciones provienen de abogados y un médico certificado que la semana pasada realizaron visitas a las instalaciones de EE.UU. en Clint y McAllen, Texas. En una audiencia ante un tribunal federal de apelaciones en San Francisco, un funcionario de la administración argumentó que no existía un requisito legal que les obligara proporcionar jabón o cepillos de dientes a los niños. Un informe anterior realizado por el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional dice que encontró un «peligroso hacinamiento» y condiciones insalubres en otra instalación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en El Paso, Texas.
Estos informes son consistentes con lo que vemos y escuchamos de nuestros pacientes en México que fueron detenidos en los Estados Unidos y recientemente deportados. Médicos Sin Fronteras (MSF) no tiene proyectos médicos en EE.UU., pero nuestros equipos a lo largo de la frontera en México atienden semanalmente a cientos de pacientes que han sido deportados de los centros de detención de EE. UU.
Cuando reciben tratamiento por parte de nuestros equipos médicos y de salud mental, las personas describen haber sido retenidas en condiciones frías en las celdas de detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, conocidas como “hieleras”, con las luces encendidas en todo momento y sin un acceso adecuado a alimentos, agua, artículos de higiene y asistencia médica. Algunos padecen enfermedades crónicas, como hipertensión, VIH o diabetes, pero a menudo son repatriados sin medicación. Por otro lado, se reporta que las deportaciones realizadas por las autoridades estadounidenses se hacen a altas horas de la noche, a áreas tan peligrosas como Reynosa y Matamoros, poniendo a estas personas en alto riesgo.
Muchos de nuestros pacientes a lo largo de la ruta migratoria en México están huyendo de la violencia extrema y la pobreza, y han sufrido más abusos en el peligroso viaje hacia el norte. Para ellos ser sometidos a más abusos en EE.UU., un país donde habían esperado encontrar seguridad y protección, es inaceptable.
El gobierno de EE.UU. ha impuesto una serie de políticas que tratan a las personas que buscan seguridad como si fueran criminales. Las personas que huyen de la violencia han sido perseguidas, detenidas, abusadas y deportadas por el acto legal de buscar asilo. Además, se han anunciado nuevas reglas para las personas que buscan asilo en EE.UU., obligándolas a esperar sus audiencias de solicitud de asilo en México, en áreas muy peligrosas al norte de la frontera norte de México, tal y como denunciamos la semana pasada.
El gobierno de EE.UU. está obligado por las leyes internacionales y nacionales a respetar los estándares humanitarios mínimos y a brindar una atención médica adecuada a las personas detenidas en sus instalaciones, además de garantizar el proceso adecuado para los solicitantes de asilo. Los niños están en una situación particularmente vulnerable y tienen derecho a protecciones adicionales. Todas las personas tienen derecho a la seguridad y a ser tratadas con dignidad a lo largo del proceso legal en EE.UU.. La asistencia y protección humanitaria a las personas en movimiento debería estar al centro de las políticas migratorias de la región, tanto en sus regulaciones como en la práctica.»