Cuando se intensificó la guerra en Ucrania, la ciudad de Trostianets, situada al noroeste del país, cerca de la frontera rusa, fue una de las primeras en ser ocupadas por las tropas rusas.
Durante casi dos meses, de febrero a marzo 2022, la mayoría de los departamentos médicos del hospital del Ministerio de Sanidad de Trostianets, en la región de Sumy, estuvieron presentando asistencia sanitaria en laberintos subterráneos.
El edificio sufrió graves daños: “Había agujeros de disparos que atravesaban todo el edificio. Se podía ver el cielo a través de ellos. Fue muy duro, pero sobrevivimos.», comenta el Director del hospital.
Tras la vuelta de Trostianets al control ucraniano, nuestros equipos ayudarnos a renovar el edificio del hospital en 2023.
Esa primavera, sin embargo, los bombardeos de la región de Sumy aumentaron significativamente, y la explosión de un proyectil cercano volvió a dañar el hospital. El centro médico perdió 184 ventanas, pero los siete departamentos seguían funcionando las 24 horas del día cuatro días después del ataque.
¿Cómo afecta la guerra en Ucrania a la salud mental?
Los constantes bombardeos de las zonas del frente en el este, sur y noreste de Ucrania, donde trabajan los médicos estatales, y el enorme dolor de los pacientes, afectan a la salud mental de los trabajadores sanitarios, y los problemas y experiencias personales también inciden a su estado psicológico.
Nuestro programa de salud mental, un componente clave de la respuesta en Ucrania, ayudó al personal del hospital de Trostianets a hacer frente a los horrores de la guerra: los psicólogos realizaron sesiones no sólo para los pacientes, sino también para los médicos del Ministerio de Salud.
Estas actividades también se llevan a cabo en otras regiones de Ucrania cercanas a la línea del frente, como en las regiones de Donetsk y Kharkiv, donde los médicos del Ministerio de Sanidad trabajan constantemente en situaciones de emergencia, incluso cuando se producen bajas masivas en las instalaciones médicas tras el bombardeo de misiles.
“En la primera fase de la guerra, los médicos y psicólogos del Estado trabajaron hasta la extenuación. Nadie pensaba en cuidar de sí mismos y de su salud mental, así que la gente estaba agotada y quemada.
Por eso pusimos en marcha un proyecto de apoyo psicológico al personal médico, para garantizar la atención a los cuidadores en los hospitales que apoyábamos».
Alisa Kushnirova, supervisora de nuestro equipo de psicólogos que trabaja en las regiones de Kherson, Mykolaiv y Kirovohrad.
¿Qué tipo de ayuda psicoemocional se brinda?
Para los médicos, nuestro equipo de psicólogos llevó a cabo una serie de sesiones grupales e individuales para ayudarles a desarrollar mecanismos de recuperación y descanso, trabajar sus preocupaciones personales y, lo más importante, aprender a no reprimir sus emociones.
Y como durante la guerra los médicos trabajan con personas que han sufrido la ocupación, el desplazamiento, las heridas, la violencia y la pérdida de su hogar y sus seres queridos, incluso como consecuencia de los ataques con misiles con víctimas masivas, esas emociones se acumulan en exceso.
«La psique es como una esponja: absorbe toda la información de los pacientes, pero no puede procesarla y exprimirla toda por sí sola, así que si quieres llorar y gritar, tienes que hacerlo. Esto puede percibirse como una debilidad, pero la capacidad de reconocer y liberar esas emociones es una gran fortaleza».
Alisa Kushnirova.
En toda Ucrania, nuestro equipo de psicólogos presta apoyo psicológico adaptado a las necesidades de los pacientes. Solo en 2022 y 2023, realizamos 26.324 consultas individuales sobre salud mental. Parte de ellas se realizaron en clínicas móviles que prestan atención médica y psicológica a personas en las zonas retomadas por el ejército ucraniano y pequeñas aldeas cercanas a las hostilidades en las regiones de Kherson, Donetsk, Mykolaiv y Kharkiv.
A veces la gente no considera prioritaria su salud mental cuando tiene cubiertas sus necesidades básicas de agua potable, alimentos, atención sanitaria y servicios públicos.
A menudo no hay instalaciones médicas en estas zonas porque han sido destruidas y no hay personal médico.
La población anciana de estas regiones se ve especialmente afectada, ya que a menudo no han podido abandonar las zonas por problemas de movilidad. La preocupación constante puede agravar los problemas de salud, como las enfermedades cardiovasculares y el insomnio.
En las clínicas móviles, solemos explicar a los pacientes la importancia de la salud mental y el impacto que tiene en su calidad de vida. Aconsejamos a los pacientes sobre cómo mejorar la calidad del sueño, controlar la ansiedad y la tensión, y realizamos formación psicoeducativa para las comunidades sobre cómo afrontar el estrés.
En muchos casos, los ejercicios básicos recomendados por los especialistas durante las sesiones de psicoeducación en grupo y las consultas individuales ayudan a estabilizar el estado emocional de los pacientes. Sin embargo, hay casos más complejos que requieren un trabajo a largo plazo ya que las personas atraviesan un duelo o pérdida más aguda.
“Todas las personas necesitan apoyo: escucharlos, compadecerse de ellos, tomarlos de la mano, incluso llorar con ellos. También hay un trabajo con la culpa del superviviente. Es una búsqueda de apoyo: cómo seguir viviendo y en qué apoyarse ahora».
Victoria Lepekha, nuestra supervisora de salud mental en la región.
¿Cómo afecta el trauma psicológico en la vida de las personas?
Sin un enfoque estratégico de la salud mental en Ucrania, estos temores de no poder hacer frente al impacto de la guerra pueden representar una gran carga para la población, afirman nuestro equipo de psicólogos.
Un estado mental inestable no sólo causa dolor emocional, sino que también afecta a la salud física a cualquier edad. Las personas mayores son más propensas a padecer insomnio y enfermedades cardiovasculares, mientras que los jóvenes y las personas de mediana edad tienen más probabilidades de sufrir dolores de cabeza, problemas hormonales y perder la menstruación.
La guerra tiene un impacto negativo en las capacidades cognitivas de los niños: retrasos en el desarrollo, problemas de habla, pesadillas y enuresis se vuelven comunes. Algunos pacientes desarrollan trastorno de estrés postraumático (TEPT) y algunos incluso pensamientos suicidas.
Entre los afectados por las hostilidades, la disposición a buscar ayuda psicológica es mucho mayor ahora que al comienzo de la guerra en 2014. Antes de la invasión a gran escala, tener consultas con un psicólogo no era algo habitual o disponible para muchas personas en Ucrania.
En los últimos dos años, hemos contribuido a aumentar la concienciación sobre la importancia de buscar apoyo en salud mental y hemos hecho que los servicios estén más al alcance de las personas que han encontrado en estos programas una fuente de alivio, incluidos niños, adolescentes, sus padres y ancianos que a menudo acudían a un psicólogo por primera vez.
Gracias a la labor de promoción de organizaciones internacionales, locales y gubernamentales, las actitudes hacia la salud mental están cambiando en Ucrania. Hay menos estigma y más gente está dispuesta a compartir sus experiencias y emociones y a liberar tensiones.