MSF se prepara para reorientar su respuesta a la epidemia de cólera en Haití. En las próximas semanas, la organización trabajará para pasar el relevo a otras agencias nacionales e internacionales que puedan asegurar la asistencia a los enfermos.
Desde que empezó la epidemia, los equipos médicos de MSF han tratado a más de 110.000 pacientes. Hasta el 6 de febrero, en seis de los ocho departamentos del país se observó una disminución del número de pacientes, cosa que todavía no ha ocurrido en el sur, donde los casos reportados se han triplicado. El número total de pacientes de cólera registrados cada semana en los centros de MSF ha disminuido cerca de un 70% en relación al principio de la epidemia, pasando de 12.000 casos semanales en octubre a 3.118 a principios de febrero. Por ejemplo, en el departamento de Artibonite, en la zona norte, el equipo llegó a tratar hasta 4.500 casos a la semana, mientras que a día de hoy se reportan unos 500. Sin embargo, la distribución de los casos de cólera a nivel geográfico es desigual.
MSF está adaptando sus programas para poder responder mejor y de forma más pertinente a la realidad actual. La organización se dispone pues a reducir el tamaño y el número de centros de tratamiento de cólera. Según Caroline Séguin, coordinadora de esta intervención de emergencia, esta decisión se fundamenta en dos parámetros: la situación epidemiológica, concretamente la evolución del número de casos tratados, y la existencia de posibilidades de tratamiento cercanas a los pacientes.
Donaciones y seguimiento
Las estructuras de salud que van a tomar el relevo se beneficiarán de donaciones de medicamentos y material médico. «Lo hemos dispuesto todo para asegurarnos de que cuando nos hayamos retirado, las estructuras puedan hacerse cargo de todos los casos de cólera. Una vez nos hayamos ido, está previsto que un equipo de MSF haga un seguimiento epidemiológico de la situación. Mantendremos el contacto con estos centros y les hemos pedido que nos avisen si se produce una nueva afluencia de casos», explica Dominique Bernard, responsable en el terreno de MSF en Port-de-Paix.
Entre las razones que podrían explicar la disminución de nuevos casos, cabe señalar la actual estación seca en Haití, una época menos propicia a la propagación de la enfermedad. Además, el aislamiento de los pacientes en los centros de tratamiento de cólera, el tratamiento de los lugares contaminados, la cloración del agua en los diferentes puntos y los grandes esfuerzos para sensibilizar a la población por parte de MSF y otros actores parecen haber tenido un impacto positivo sobre la evolución de la epidemia. «Al principio, la población no sabía nada sobre el cólera y tenía mucho miedo», dice Caroline Séguin. «Ahora es muy distinto. La gente es consciente de la importancia de la cloración».
Pero hay que seguir siendo prudentes y permanecer alerta, pues el cólera se ha convertido en endémico en Haití y la estación de lluvias está a punto de empezar, lo que hará aumentar los riesgos de un resurgimiento de la epidemia. Caroline añade: «Como el número de casos puede aumentar o disminuir, iremos siguiendo la evolución en los próximos meses en Haití y estaremos preparados para intervenir si se produce una nueva afluencia de enfermos».
Desde que empezó la epidemia, los equipos de MSF han tratado a más de 110.000 pacientes en los 47 centros de tratamiento de cólera repartidos por el país (es decir, sobre un 60% de los casos tratados en todo el país). MSF ha ampliado la capacidad hospitalaria con más de 4.000 camas para esta epidemia. En estas estructuras, la tasa de mortalidad se ha mantenido por debajo del 2%.