Mientras la mayoría de la población haitiana sigue en situación de extrema vulnerabilidad, la conferencia internacional de donantes para Haití, que se celebrará el 31 de marzo en la sede de la ONU en Nueva York, no debe adoptar medidas que limiten el acceso a la atención médica de la población, alerta Médicos Sin Fronteras.
Desde el terremoto del pasado 12 de enero, casi todas las estructuras médicas públicas y numerosos establecimientos privados de Haití han ofrecido atención médica de forma gratuita. Sin embargo, en los últimos días se han desvelado planes de restablecer progresivamente el cobro de tarifas hospitalarias a partir de mediados de abril.
«Condicionar ahora el acceso a la salud a la capacidad financiera de los pacientes significaría ignorar totalmente la realidad a la que nos enfrentamos en las calles y en los campos improvisados en Haití», afirma Karline Kleijer, coordinadora de emergencias de MSF. «Cientos de miles de personas se han visto obligadas a desplazarse y ahora viven en chozas de fortuna hechas de lonas de plástico, bajo tiendas o en casas en ruinas, con una letrina para varios cientos de personas de media. El abrigo, la higiene, el agua y la atención sanitaria constituyen una necesidad prioritaria. Las todavía enormes necesidades humanitarias a corto plazo siguen sin tener respuesta. Además la llegada de la estación de lluvias y de tormentas amenaza con deteriorar todavía más las condiciones de vida actuales. Ya hemos visto partes importantes de los campos destruidas por las pequeñas lluvias recientes. La destrucción o la inundación de refugios y tiendas podría obligar a numerosos desplazados a trasladarse de nuevo.»
Las infecciones respiratorias y las enfermedades diarreicas representan hoy las dos principales patologías vistas por los equipos de MSF en Haití. Las víctimas del terremoto siguen necesitando asistencia postoperatoria, rehabilitación, fisioterapia y apoyo psicológico. Asimismo, la población en general sigue necesitando servicios de traumatología, de obstetrilla y de pediatría.
«Los haitianos deben tener acceso a un sistema de salud que funcione» declara el doctor Christophe Fournier, presidente del movimiento internacional de MSF. » No se puede pedir a una población en situación ya extremadamente precaria que aporte los recursos financieros indispensables para el funcionamiento de las estructuras de salud.»
La ayuda internacional debe considerar proporcionar una ayuda económica directa al sistema de salud haitiano. Las decisiones que se tomarán en la conferencia de Nueva York deberán permitir al sistema de salud haitiano seguir respondiendo a las necesidades inmediatas de la población.
MSF trabaja asistiendo a comunidades haitianas desde hace 19 años. Hoy, unos 3.300 trabajadores haitianos e internacionales de MSF ofrecen apoyo a varios hospitales públicos además de llevar estructuras médicas propias de MSF. Desde el terremoto, los equipos de MSF han practicado más de 4.000 intervenciones quirúrgicas, han aportado apoyo psicológico a más de 20.000 personas y han tratado a 53.000 pacientes. MSF ha distribuido 14.000 tiendas y unos 20.000 kits con material de primera necesidad (artículos para la higiene o utensilios de cocina, bidones, mantas y lonas de plástico). MSF financia sus actividades en Haití exclusivamente con donaciones privadas y por consiguiente no tiene intereses particulares en la conferencia de donantes de Nueva York.