Al extenderse la temporada de lluvias, los casos de dengue han aumentado gravemente. Si no se trata adecuadamente, el dengue grave puede causar complicaciones potencialmente mortales y es particularmente peligroso para los niños. Desde principios de este año, 12 personas han muerto a causa de la enfermedad en el Hospital Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula, Honduras, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) está brindando apoyo. En todo el norte del país, 789 personas han recibido tratamiento por dengue grave, el 81% de ellas menores de 15 años y el 94.5% proveniente del Departamento de Cortés.
«El cuarenta y seis por ciento de los pacientes con dengue grave atendidos en el hospital Mario Catarino Rivas este año tenían entre cinco y 14 años«, dice la coordinadora médica regional de MSF, la doctora Tania Marin. «Este tipo de casos tiene un alto riesgo de sufrir complicaciones e incluso la muerte si no reciben atención adecuada y oportuna».
Estamos brindando apoyo a la sala pediátrica de dengue del hospital, que fue especialmente abierta en respuesta a la epidemia, proporcionando pediatras, enfermeras, medicamentos y suministros médicos para pacientes con dengue grave.
Dado que muchos de los casos tratados provienen del área de Choloma, también comenzamos a apoyar a la Municipalidad de Choloma y al Ministerio de Salud de Honduras para realizar actividades de control vectorial en dos sectores de la Municipalidad, a fin de contener la propagación de la epidemia en esta área.
El dengue se presenta principalmente en áreas urbanas y semiurbanas de regiones tropicales y subtropicales. La enfermedad es endémica en Honduras y epidemias como esta ocurren cada cuatro a cinco años. Los brotes anteriores ocurrieron en 2015 en Tegucigalpa, cuando MSF apoyó la respuesta de las autoridades de salud en el Hospital Escuela Universitario, y en 2013 en San Pedro Sula, cuando MSF también brindó apoyo al Hospital Mario Catarino Rivas.