Elyse Aichatou es enfermera. Recién salida de la escuela de comadronas en 2005, fue contratada por Médicos Sin Fronteras (MSF) para asistir a niños desnutridos en un momento en que Níger padecía una grave crisis alimentaria. Hace ya diez años que Elyse trabaja en los centros de nutrición de MSF en el sur del país. A continuación, nos cuenta su experiencia en la lucha contra la desnutrición en la región de Zinder desde 2005 hasta la actualidad.
“Nací en Zinder, la segunda ciudad de Níger, situada en el sur del país. En 2005, tras recibir el diploma de comadrona, fui contratada por MSF. Tenía 21 años cuando empecé a trabajar como enfermera por días en el centro de recuperación nutricional intensiva (CRENI, por sus siglas en francés) de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Birni, uno de los barrios de Zinder. Era el mes de agosto, durante el pico de desnutrición infantil estacional, que tiene lugar cada año entre los meses de junio y septiembre. MSF había equipado un colegio que estaba vacío por las vacaciones escolares. Yo estaba en cuidados intensivos. Muchos niños desnutridos llegaban en estado crítico. Las madres lloraban por sus hijos muertos. Me acuerdo como si fuera ayer; fue muy duro psicológicamente. Después me trasladaron a Magaria, donde la situación era aún más crítica. Fue una segunda experiencia verdaderamente difícil.
¿La desnutrición? Antes de empezar a trabajar había oído hablar de ella, pero no creía que existiese.
En esa época, se decía que los niños desnutridos habían contraído algo a causa de la suciedad. La creencia popular decía que los niños se desnutrían si dormían sobre el colchón donde su madre había engañado a su marido…
Hoy ya no se creen estas cosas. Aún queda mucho trabajo de concientización por hacer entre la comunidad, pero gracias a la labor de MSF en estos últimos diez años, la mayoría de la gente ha entendido que un niño desnutrido es un niño enfermo y que puede curarse si recibe los cuidados apropiados. Esto constituye un cambio enorme.
Antes, en los pueblos, perder a un niño desnutrido era parte de la vida. Hoy, las nigerinas saben que sus hijos desnutridos pueden curarse.
Siempre tenemos muchos niños con desnutrición en nuestros centros de tratamiento durante los picos estacionales, y esto demuestra que la gente acude en busca de cuidados de calidad, y que el acceso al tratamiento es más fácil para las familias, sobre todo con la gratuidad que ofrece MSF.
Desde 2005, los protocolos nacionales de atención a la desnutrición también han evolucionado y se han generalizado el uso de alimentos terapéuticos preparados a nivel domiciliario. La calidad de nuestro trabajo ha mejorado: hemos recibido formación, hemos desarrollado nuevas herramientas y hemos empezado a hacer campañas de prevención para evitar que haya demasiados niños enfermos de gravedad durante los picos. Gracias a esto, somos capaces de prevenir mejor y de curar mejor.
A lo largo de estos años y de estos periodos de pico, he visitado todas las estructuras de salud que MSF gestiona en la región: Dungass, Magaria, Bangaza, etc. En 2013, me incorporé al equipo de emergencia de MSF en Níger. Es un equipo de gente experimentada que MSF utiliza en caso de emergencia para intervenir más rápidamente cuando se necesite.
Los años que más me han marcado han sido 2005 y 2015. Hace diez años, era el estado de los niños lo que impactaba: había casos muy graves. Pero este año, en Magaria hemos tenido que gestionar una llegada súbita y masiva de niños. ¡Hubo hasta 750 niños en el CRENI del hospital en octubre! Los equipos estaban desbordados, y tuvimos que poner a varios niños en cada cama. No habíamos visto algo así desde hacía años, aunque la desnutrición sea una crisis crónica en Níger. La victoria contra la desnutrición aún no se vislumbra.”
Elyse Aichatou, enfermera © MSF