Las organizaciones humanitarias que hasta ahora proporcionaban asistencia médica básica, agua, alimentos, artículos de primera necesidad y refugio se han visto obligadas a suspender temporalmente su actividad en la orilla occidental del Nilo por la creciente inseguridad.
“La situación es un desastre en potencia, dadas las dimensiones de las necesidades”, dice Marcus Bachmann, el jefe de misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sudán del Sur. “Los hospitales de la zona no están operativos y el suministro de agua es inestable. Ayer no se realizó distribuición de agua a los desplazados internos a causa de los enfrentamientos. Debido a las altas temperaturas, puede que sea una cuestión de días que las personas comiencen a presentar deshidratación crónica y diarrea o enfermedades como el cólera”.
Escapar de la violencia es difícil porque las diferentes zonas cambian rápidamente de manos entre los actores armados, mientras las personas desplazadas quedan atrapadas entre los combates. Sin protección, muchas no tendrán otra alternativa que irse a Sudán donde encontrarán refugio. Quienes deciden marcharse, se verán obligados a hacer frente a un arduo viaje de varios días a pie, con escasas oportunidades de recibir comida o agua.
El agua sigue siendo una gran preocupación para estos nuevos desplazados internos. El martes la población congregada en Aburoc y sus alrededores solo tuvo acceso a 60.000 litros de agua. Lo que supone una media de tan solo 1,7 litros por persona, muy por debajo de los 2,5 o 3 litros necesarios para sobrevivir. El miércoles no hubo entregas de agua debido a los enfrentamientos. Los camiones de agua están listos para reanudar el suministro, pero únicamente lo harán si la situación se vuelve más segura.
“Hacemos un llamamiento a las partes del conflicto para que todos los civiles estén protegidos frente a los combates y tengan un acceso seguro a asistencia humanitaria. Como nos hemos visto obligados a suspender la mayoría de nuestras operaciones, hemos proporcionado medicamentos y suministros esenciales para que nuestro personal que está con los desplazados internos que huyen pueda recibir atención primaria en terreno”
Con la llegada de la temporada de lluvias, parece probable que el flujo de personas que escapan a Sudán aumente para evitar quedar atrapadas en la región.
MSF ha estado proporcionado asistencia médica de emergencia en la zona a los 13.000 desplazados que huyeron de los combates en esta región en el mes de enero. Los servicios ofrecidos incluían un hospital en el terreno y dos unidades móviles que, en los últimos días, han suspendido su actividad.